La Prensa del Táchira | Agencias.- Una gran crisis atraviesa la Dirección de Contrainteligencia Militar, Dgcim, por los hechos de hechos de violación de derechos humanos, pero no es este uno de sus principales problemas. Asegura la periodista Sebastiana Barráez que tras las violentas acciones de tortura y negación al debido proceso está lo más fuerte: Corrupción.
Según la periodista en la Dgcim hay una marcada presencia de la Inteligencia Cubana, que cuenta con oficiales incondicionales como el general Rafael Blanco Marrero, subdirector de la Dgcim.
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Por lo menos dos coroneles del Ejército venezolano, Hannover Esteban Guerrero Mijares y Rafael Antonio Franco Quintero, quienes ocuparon la Dirección de Investigaciones, han sido responsables de implementar torturas. Ese cargo lo ocupa ahora el general Carlos Enrique Terán Hurtado.
El caso es que a finales del año 2019 habrían descubierto que el mayor Miguel Eduardo Díaz De Andrade, Comandante del Cuartel General de la DGCIM, estaba desviando los alimentos, que debían estar destinados a los detenidos en su sede.
Además detectaron que el Mayor Díaz De Andrade, habría estado sacando semanalmente lotes de municiones del parque de armas. Fue detenido y se encuentra privado de libertad en el Centro de Procesados Militares en Ramo Verde en el estado Miranda.
Este oficial, que fue el número 10 de la Promoción 2006 "Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre", había sido nombrado, según Resolución N° 0010 del 16 de septiembre de 2019, como Director General encargado de Gestión Productiva de la Pequeña Minería del Ministerio de Desarrollo Minero Ecológico, según Gaceta Oficial N° 41.719 de fecha 18 de septiembre de 2019.
Negocio con electrodomésticos
Por otra parte, fue detectado que el teniente coronel Robert Krick Guerra García, quien ocupaba el cargo de Jefe del Cuartel General de la DGCIM, en complicidad con el comandante Antonio José Pérez Suárez, viceministro de Industrias Intermedias y Ligeras del Ministerio de Industrias y Producción Nacional, habrían estado cometiendo actos de corrupción.
Ambos oficiales, Guerra García y Pérez Suárez, habrían estado utilizando la nómina del personal de empleados y tropa de la DGCIM para solicitar productos electrodomésticos Haier. La excusa es que sería para jornadas de ventas al personal de la institución, mediante el programa "Mi casa bien equipada".
En realidad los electrodomésticos eran almacenados en un galpón, ubicado en las inmediaciones de la sede principal de la Dirección de Contrainteligencia en Boleíta, Caracas. La llamada línea blanca que llegaba a manos de los dos oficiales era comercializada en el mercado negro.
Como consecuencia de eso, al teniente coronel Robert Krick Guerra García lo transfirieron a la 5ta Región de Contrainteligencia, que es la Dgcim Oriente. En el momento en que le estaban instruyendo el expediente, él aseguró que no estaba operando solo en ese negocio, sino que en él participaba su compañero el viceministro.
Con información de Infobae
https://puntodecorte.com/sebastiana-barraez-funcionarios-dgcim/
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