Nelson Altuve P | La Prensa del Táchira.- Como en un juego de ajedrez, el maestro movió mejor las piezas, armó la jugada y dio el jaque mate en el momento preciso para ganar la partida.
Y Sanvicente lo volvió a hacer frente al Deportivo Táchira. Le ganó con sus enroques, sacó algunos peones y metió a sus alfiles, para "comerle" los caballos y la reina del rival, al que dejó crispado.
No pudo el cuadro aurinegro sentenciar a su rival cuando lo tenía todo a su favor, y con un resultado que daba alas desde los primeros minutos al final se convirtió en un calvario porque el resultado final dejó sin nada al Deportivo Táchira alargando su sequía de títulos.
El resultado 2-2, para un global 3-3, permite al Caracas abrazar el título de campeón del Clausura y enfrentar en la final de temporada al Estudiantes de Mérida. A Táchira le queda el consuelo de jugar Copa Libertadores arrancando en segunda fase.
Ante un marco impresionante de aficionados que plenaron el Polideportivo alentados por la onda victoriosa que se desató sobre la geografía regional por el buen paso del aurinegro, no se cumplió con el objetivo de ser campeón del Clausura.
Fue el Caracas que con su fútbol atrevido, mejor tranco y la experiencia de algunas de sus piezas, pudo capitalizar el desgaste del atigrado y los nervios que supuso llegar a los últimos minutos con el cristo en la boca.
Los rojos lo venían anunciando, se iban acercando a la cabaña de Beyker Velásquez, que cuando pudo respondió a los tiros peligrosos de Celis, Arrieta y Saggiomo.
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Táchira que se encontró con una ventaja impensable en los primeros 10 minutos, por los goles madrugadores de Pablo Camacho y luego de Carlos Cermeño, no logró sostener el ritmo de juego y de a poco se fue resguardando en sus predios.
Y lo pago muy caro, porque Caracas empezó a tomar posesión del balón, no dio más ventajas, cerró los circuitos ofensivos del local y se atrevió cuando le brindaron espacios.
Llegó esa infortunada jugada del minuto 30 cuando una mano dentro del área fue sentenciada como penalti, y al cobro fue el joven Saggiomo quien puso el 2-1 y metió nervios en el bando aurinegro que se fue al descanso con una ventaja pírrica.
