María Cárdenas | La Prensa del Táchira.- En el cruce de la carrera 22 con Pasaje Pirineos, una pequeña y humilde capilla se erige silenciosamente. Para muchos esta representa un simple detalle del pasaje urbano de la ciudad, sin embargo, este sitio conocido como La Capilla de los ahorcados de Pirineos, custodia la memoria de uno de los episodios más trágicos y brutales de la historia tachirense, la rebelión fallida de Gabriel Chacón y Francisco Gómez contra el poder.
La historia se remonta hasta septiembre de 1920, Roberto Fossi, opositor a la dictadura gomecista, sabiendo que Eustoquio Gómez presidente del Táchira se encontraba en Ureña, decidió con un grupo de hombres atacar a Evaristo Gómez, primo de Eustoquio y una figura importante en el poder; pero el ataque fracasó desatando la ira de los Gómez.
La respuesta fue inmediata y despiadada, Simón Gómez, primo de Evaristo, emprendió una feroz cacería para capturar a los responsables. Gabriel Chacón y Francisco Gómez, que formaron parte de aquel asedio, fueron capturados. El primero fue detenido en la carrera 11 con calle 11, muy cerca del hogar de Evaristo, mientras que Gómez fue atrapado en Zorca Providencia.
Aunque la tradición oral bautizó el lugar como "Los Ahorcados de Pirineos", la investigación de cronistas e historiadores revela un cuadro aún más macabro. El historiador José Antonio Pulido explica que ambos hombres fueron primero fusilados y luego para escarnio público se les insertaron ganchos de carnicero en la quijada y sus cuerpos fueron colgados de las ramas de un árbol en ese mismo lugar. Por su parte el cronista de San Cristóbal, Luis Hernández Contreras, señala que la orden de Simón Gómez fue colgarlos aún vivos con los ganchos de carnicero y después fusilarlos. Los relatos indican que permanecieron allí expuestos por 25 largos días como un mórbido recordatorio del precio de la rebelión.
Cuenta la historia que finalmente, los amigos de las víctimas lograron recuperar los cuerpos y les dieron sepultura al pie del mismo árbol en que fueron colgados. Sobre esa tierra, como un acto de desafío y duelo, levantaron la capilla, transformando un lugar de tortura en un santuario de la memoria.
Hoy, más de un siglo después de los terribles sucesos, la capilla continúa siendo un lugar en donde se rinde homenaje a aquellos hombres que se atrevieron a desafiar al poder. Según relatan residentes de la zona, muchas personas acuden a hacer promesas y oraciones. Además cada 30 de septiembre sin falta se realiza una misa en honor a las almas de Gabriel Chacón y Francisco Gómez.
Cabe destacar que por su invaluable valor como testimonio de la historia tachirense, en el año 2005 la capilla fue declarada Patrimonio Cultural del Estado Táchira.
Descarga nuestra app aquí o escanea el código QR
