Atraparon al hombre lo amarraron de pies y manos y comenzaron a torturarlo para que revelara el lugar del escondite

Crédito: Karen Roa

Atraparon al hombre, lo amarraron de pies y manos y comenzaron a torturarlo para que revelara el lugar del escondite

Un atroz crimen contra un campesino sacudió una aldea de Rubio en 1957

María Cárdenas | La Prensa del Táchira.- Un terrible crimen estremeció a la comunidad de La aldea Cánea de Rubio cuando el nueve de marzo de 1957 se encontró el cuerpo de un hombre de 50 años dentro de su finca. La escena dantesca dejó ver el salvajismo de los criminales, quienes no solo se limitaron a torturar al pobre hombre, sino también lo decapitaron de un machetazo.

El descubrimiento del cadáver lo hizo una de las vecinas del hombre que, extrañada de no verlo durante la mañana, se acercó a su casa y se encontró con el horrible escenario. Al lugar llegó una comisión de la Seguridad Nacional y dio inicio a las investigaciones. El hombre era un conocido campesino de la comunidad, quien tras pasar años ahorrando, junto a su esposa compraron un pequeño conuco y se dedicaron a la siembra de café y cría de aves de corral. Sin embargo, en 1955 su esposa murió y el hombre decidió seguir viviendo solo en la pequeña finca, continuando con su labor.

Poco a poco en el pueblo se regó el rumor de que el campesino acumulaba grandes riquezas, puesto que nadie veía que gastaba las ganancias de su negocio. Esto incitó a que un trío de criminales ingresara en la casa durante la madrugada para buscar el dinero.  

Atraparon al hombre mientras dormía, lo amarraron de pies y manos y comenzaron a propinarle puñetazos y torturarlo para que revelara el lugar del escondite del dinero. Las múltiples laceraciones y hematomas en el cuerpo del campesino dieron fe de lo sucedido, frustrados los maleantes de no conseguir el botín decidieron acabar con la vida del hombre propinándole un machetazo que terminó por decapitarlo y abandonaron la escena, luego de revisar en cada rincón de la casa y llevarse unos pocos objetos de valor. 

Durante varias semanas, la Seguridad Nacional entrevistó a las personas del pueblo, inclusive a varias mujeres que trabajaron en la casa del hombre haciendo oficios del hogar y finalmente dieron con la identidad del trío de asesinos. 

Pasaron varias semanas cuando la Seguridad Nacional consiguió dar con el paradero del líder de la banda de criminales. Los oficiales se dirigieron a su guarida en el barrio Las Flores; sin embargo, el criminal, al percatarse de la presencia de los oficiales intentó atacarlos con un cuchillo, por lo cual los uniformados abrieron fuego contra él y terminó muerto en el lugar. 

Del resto de malhechores solo se pudo conocer que consiguieron evadir la justicia escapando hacia la frontera. 

Los datos de esta historia se encuentran resguardados en la Hemeroteca Estadal "Pedro Pablo Paredes", ubicada en la sede del Liceo Alberto Adriani en San Cristóbal.

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