Agencias | La Prensa del Táchira.- Steve Kang, un pastor evangélico de Corea del Sur, asegura haber visto el infierno después de que fue declarado muerto en una mesa de operaciones durante ocho horas en un hospital.
Durante años, Steve Kang llevó una vida marcada por el abuso de drogas y una profunda desesperanza. Sin embargo, su historia dio un giro radical tras un episodio límite que, según afirma, lo llevó directamente al infierno.
Steve, quien fue criado en el budismo y llegó a prepararse como monje, acabó sumido en el consumo de sustancias como metanfetamina y éxtasis. En su punto más bajo, bebió una mezcla letal que él mismo llamaba "el cuenco de la muerte", empujado, según afirma, por una entidad demoníaca que lo incitó al suicidio. Fue entonces cuando comenzó su experiencia sobrenatural.
Una visión aterradora del más allá
Mientras los médicos intentaban salvarle la vida tras el intento autolítico, Steve asegura que su conciencia fue transportada a un lugar que describe como el infierno. "No era un lugar agradable, no había luz. No había plantas, ni un gramo de hierba", contó. Según sus palabras, se trataba de un suelo rocoso, árido y sin vida. "Un lugar al que no quieres ir", confesó.
A su alrededor, dice, había otras almas atormentadas y una gran cadena incrustada en su abdomen. Lo más impactante, sin embargo, fueron las figuras que asegura haber visto: seres gigantescos, encapuchados, que medían "como edificios de cinco pisos". "Sabía que estaban a cargo de este lugar", relató.
Durante su tiempo allí, tuvo una revelación: "Por primera vez en mi existencia supe que era un pecador, que merecía estar allí porque era una mala persona". Aunque para él pasaron apenas veinte minutos, en la vida real habían transcurrido ocho horas de intervención quirúrgica.
Una cadena de oración y una voz. Mientras esto ocurría, su madre desesperada pidió ayuda a un amigo cristiano que, paradójicamente, también había sido el traficante de drogas de Steve. Este reunió a un grupo de oración con miembros de su iglesia para interceder por él. Según Steve, fue esa intervención espiritual, y no la médica, la que obró su salvación. "El médico luego dijo que era un milagro", explicó.
En medio de su experiencia, Steve asegura haber escuchado la voz de Jesús, que le transmitió una sensación de paz y lo llamó a volver a la vida. Desde entonces, afirma que todo cambió.
Tras sobrevivir a esa experiencia, Steve dejó atrás sus creencias budistas y abrazó el cristianismo. Hoy, convertido en pastor evangelista, lidera la Iglesia Comunitaria del Evangelio en Los Ángeles, California, donde predica sobre la redención y la transformación espiritual.
"Casi siento que ni siquiera quiero que Hitler vaya allí. No quiero que mis peores enemigos vayan allí", reflexionó al describir el infierno que vivió. Para Steve, su testimonio es una advertencia y una llamada a la fe.
Fuente informativa: Vanguardia
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