Francisco Hinojosa / ERL | La Prensa del Táchira.- Los habitantes de San Cristóbal están demostrando un creciente compromiso con el reciclaje. Encontrar un segundo uso en materiales que aparentemente han perdido su utilidad, es uno de los propósitos de este hábito que también se ha visto impulsado por la labor de concientización que se ha estado desarrollando, gracias a la instalación de contenedores de basura y clasificación de desechos sólidos en diversos puntos de la ciudad.
Darkis Acevedo comparte cómo ha integrado el reciclaje en su hogar, dando una "segunda oportunidad" a envases de plástico y vidrio.
"Sobre todo los frascos de mayonesa son muy útiles para el almacenamiento de alimentos", explica.
Sin embargo, también señala la necesidad de una mayor conciencia colectiva, lamentando que algunas personas arrojen desperdicios en las calles y que otros dañen los contenedores existentes sin ningún sentido de pertenencia.
A pesar de esto, en su comunidad, en las adyacencias de la avenida Carabobo, los vecinos se organizan para preservar el buen estado de los contenedores, reconociendo la importancia de clasificar los desechos ante la intermitencia del servicio de aseo urbano en estos últimos días.
Por otro lado, la creatividad florece gracias a esta nueva cultura del reciclaje. Dayana Valero, artesana, ha encontrado en materiales como cartón, plástico y envases desechados, la materia prima para sus creaciones.
"Aunque invierto en algunos materiales básicos, conseguí en estos objetos que otros consideran basura, una forma de crear piezas originales sin necesidad de comprarlos", expone.
Su ingenio le permite transformar retazos de foami, tela, cartón y hasta pasta comestible carcomida por los insectos, en maquetas, figuras y carteleras únicas, especialmente para estudiantes de la primaria.
Por su parte, Carlos Sayago, un comerciante que labora en zonas aledañas a la Plaza Urdaneta, el reciclaje también se traduce en soluciones prácticas y ahorro.
"Un pote de cuñete pintura me ha servido en varias ocasiones para usarlo como papelera. También, los envases de refresco de dos litros los uso para recolectar agua, para sembrar plantas y también para la venta de genéricos", detalla.
Sayago destaca la versatilidad de muchos objetos, como los envases de cartón de leche que pueden convertirse en hieleras o pequeños materos, lo que representa un ahorro económico significativo.
Aunque lamenta la falta de civismo de algunas personas, asegura que, debido a la situación económica que atraviesa el país, el reciclaje se está incorporando en la vida cotidiana de los sancristobalenses como una alternativa de ahorro.
Asimismo, su esposa Glendy Useche, quien es propietaria de un centro de impresiones y fotocopiado, no descarta las hojas que mantienen una cara en blanco, en vez de desecharlas, las usa para hacer anotaciones o crear libretas de notas improvisadas que según ella, le han sido de gran utilidad.
"Ciudad Ecológica", un proyecto que busca generar conciencia
La Escuela de Reciclaje de San Cristóbal, bajo la dirección de Sarelby Villamizar, se ha propuesto transformar la gestión de residuos sólidos en la capital tachirense, buscando instaurar sistemas integrales de manejo y así generar una conciencia global sobre la importancia del reciclaje.
Actualmente, la escuela trabaja en estrecha colaboración con la Alcaldía del Municipio San Cristóbal en el proyecto "Ciudad Ecológica". Esta iniciativa busca implementar una red de contenedores diferenciados para desechos sólidos y materiales reciclables en toda la ciudad.
Los impactos ambientales ya son visibles, según Villamizar: "Hemos visto saneamientos ambientales, limpieza, orden y una mayor conciencia en los ciudadanos. Nuestro sistema se basa fundamentalmente en la educación", subraya.
Para lograr esto, cuentan con "coach ambientales" que realizan una labor de formación puerta a puerta y comercio por comercio, explicando a los ciudadanos cómo separar y clasificar correctamente los residuos en los nuevos contenedores.
La directora de la Escuela de Reciclaje destacó la respuesta positiva de la comunidad, incluso entre las personas mayores. "La educación en San Cristóbal ha sido intrageneracional. Estamos comenzando por los más pequeños, en las escuelas municipales, pero hemos tenido una gran aceptación y las personas adultas también se han unido a esta iniciativa", afirmó.
Villamizar aseguró que desde el inicio del proyecto, tanto jóvenes como adultos han demostrado receptividad y compromiso, evidenciándose en un mayor cuidado de los contenedores y un creciente sentido de pertenencia en las comunidades que ya cuentan con ellos.
No obstante, la experta señaló que aún existen desafíos importantes, como el vandalismo, los animales callejeros y las personas en situación de calle, factores externos en los que se debe seguir trabajando.
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