Francisco Hinojosa / ERL | La Prensa del Táchira.- Los tradicionales y entrañables cuadernos de pasatiempos, aquellos compañeros de crucigramas, sopas de letras y criptogramas que desafían la mente, se han convertido en una rareza en los menguantes kioskos de libros y revistas de San Cristóbal. Si bien el interés de niños y jóvenes ha sido eclipsado por el aumento de los dispositivos electrónicos, las personas mayores aún recurren a estas publicaciones como una herramienta valiosa para ejercitar su cerebro y mantenerse mentalmente activos.
Zoraida Pérez, quien lleva décadas vendiendo pasatiempos en el centro de la ciudad, relata con nostalgia la situación actual. "Bueno, pasatiempos es lo que se vende aún, porque revistas en total no. Yo traigo los pasatiempos de Colombia porque aquí en el país no los volvieron a sacar debido a la situación económica y a la escasez de papel tipo periódico que era con la que se hacía", apuntó.
A pesar de este panorama, los pasatiempos siguen encontrando un público fiel entre los adultos mayores. "Quienes más compran los pasatiempos son las personas adultas. A partir de los 50 años, para ejercitar el cerebro, esto es un antídoto para el Alzheimer. Entonces los hace pensar mucho", afirma Pérez, quien se considera una aficionada al Sudoku.
Pérez explica que, aunque sigue ofreciendo pasatiempos importados de Colombia, la calidad y variedad no son las mismas. "Aunque aún se vende, los juegos no tienen la misma dificultad que los fabricados aquí y no usan la misma técnica, y los pocos juegos que sacan se repiten varias veces", afirma.
La vendedora echa de menos las publicaciones venezolanas de antaño. "El grupo Bloque DeArmas, traía un pasatiempo que venía de Miami, especialmente para Venezuela: sacaban unas páginas especiales con crucigramas muy complejos y que lo ponían a pensar bastante a uno para resolverlos", recuerda con nostalgia ya que su padre, un comerciante que inició su negocio en el antiguo Mercado Cubierto, donde hoy funciona el Centro Cívico, fue uno de los primeros en vender estos cuadernos en San Cristóbal.
Además sostiene que lamentablemente, la producción de estas revistas especiales ha disminuido, y la diáspora venezolana también ha afectado la demanda. "Y la gente como tal, que era súper adicta a los pasatiempos... Esa gente se fue", lamenta Pérez.
Aunque la era digital ha transformado el entretenimiento y el pasatiempo para las nuevas generaciones, estos cuadernos llenos de desafíos mentales persisten como un recurso valioso para mantener activa la mente de quienes recuerdan con cariño sus páginas y buscan en ellas un ejercicio estimulante y entretenido.
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