Meseros y bartenders enfatizan que esta gratificación es fundamental para su día a día en vista de los bajos salarios

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Meseros y bartenders enfatizan que esta gratificación es fundamental para su día a día, en vista de los bajos salarios

La propina se convierte en salvación para meseros de San Cristóbal

Francisco Hinojosa / ERL | La Prensa del Táchira.- En la dinámica laboral de la industria gastronómica de San Cristóbal, la propina se ha consolidado como un componente de gran peso en los ingresos de los meseros. Testimonios de trabajadores del sector revelan cómo este "extra" se convierte en un sustento vital, aunque no exento de controversias en cuanto a su distribución y la influencia que ejerce sobre los salarios base.

Un trabajador de un restaurant ubicado en Barrio Obrero, con una década de experiencia como mesero, explica que, si bien su salario base a menudo no cubre sus necesidades, las propinas marcan una diferencia significativa. 

"Semanalmente, en una semana normal, logro reunir entre 80 y 100 dólares", comenta, destacando que temporadas como Navidad, Día de la Madre y Día de los Enamorados son especialmente lucrativas por lo que el monto de lo ganado aumenta.

No obstante, el mesero señala una problemática recurrente: "He cambiado de trabajos porque muchas veces el sueldo no se ajusta a todas las necesidades que debo cubrir, pero sí ha pasado que algunos restaurantes ofrecen sueldos muy bajos, excusándose en que recibimos propinas". 

En su actual empleo, la propina es individual, un sistema que valora el servicio personalizado. Sin embargo, manifiesta su desacuerdo con la práctica de algunos establecimientos que reciben propinas en divisas (a través de plataformas como Bancolombia y Zelle) y las entregan a los empleados en bolívares a tasas desfavorables.

Por su parte, una joven mesonera, quien lleva dos años en el oficio, enfatiza el valor de la propina para su independencia económica, ya que, gracias a las ganancias que le generan estas gratificaciones  por parte de los comensales, ha podido costear sus estudios en Enfermería.

"La propina es de gran ayuda porque en mi caso la recibo semanalmente, es un dinero con el que puedo contar sin tener que esperar a la quincena", afirma y revela que su quincena actual es de 40 dólares, pero sólo en propina durante la semana, logra reunir hasta 60 dólares dependiendo de las ventas que se den.

La vocación, más allá de la propina

Para la joven trabajadora, ser mesero va más allá de un simple trabajo, es una profesión que exige vocación y habilidades para interactuar con diversos tipos de clientes y saber vender el producto. En el restaurante donde trabaja, la propina se comparte entre todo el personal al final de la semana, una modalidad con la que no está del todo de acuerdo debido a las extensas jornadas laborales que a menudo deben cumplir. 

"Los jefes se aprovechan y extienden el horario a más horas, a veces trabajo hasta más de 12 horas y a veces doblo turno por falta de personal", denuncia, y resalta el cansancio y el estrés que esto genera a pesar de las propinas.

Desde la perspectiva de la barra, un bartender, subraya que el trabajo en la restauración exige resistencia a la presión. En cuanto a las propinas, advierte sobre la delicadeza del tema y los posibles malos entendidos cuando el conteo semanal del dinero se realiza de forma privada. Por ello, considera que la propina individual o la repartición al final de cada día de jornada son los mecanismos más justos.

Otro ciudadano, con experiencia en varios restaurantes de la ciudad, califica la propina como un "arma de doble filo" y explica que muchos empleadores ofrecen sueldos por debajo del promedio de lo normalmente pagado en divisas, justificándose en las propinas que reciben los meseros. 

Desmotivación hacia el oficio

"Esto ha hecho que muchos meseros con talento se desmotiven, porque el sueldo es algo que debe estar separado de la propina, puesto que la propina es opcional y no siempre hay días buenos", recalca.

El empleado también critica la inclusión de todo el personal en el reparto de propinas, pues considera que desvaloriza el esfuerzo individual de los meseros, quienes son los encargados de "dar la cara" por un servicio magistral.

Una gerente de restaurante, que prefirió mantenerse en el anonimato, reconoce que la demanda de postulaciones para el cargo de mesero, ha disminuido por la migración, pero también por la política de propinas grupales. 

"Aquí la propina se reparte semanalmente y en el pote entra desde el vigilante hasta el personal de mantenimiento", explica y también admite que esto genera descontento entre los meseros que sienten que su dedicación no se ve reflejada en la parte final de la distribución.

Cuando la propina supera el sueldo

Por otro lado, el encargado de otro establecimiento señala que, a pesar de ofrecer un salario semanal de 30 dólares, las propinas en su local, frecuentado por clientes con mayor poder adquisitivo, suelen superar este monto.

 Aunque algunos empleados han optado por buscar otras opciones laborales, reconoce que para otros sigue siendo una forma de acceder a ingresos de manera más directa.

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