Francisco Hinojosa / ERL | La Prensa del Táchira.- La dinámica y concurrida actividad de distintas áreas urbanas de San Cristóbal, se convierte en un obstáculo significativo para los adultos mayores y personas con discapacidad que intentan transitar por sus calles. Mientras algunos ciudadanos relatan gestos de amabilidad y colaboración, otros lamentan una preocupante falta de empatía y respeto por parte de las nuevas generaciones y algunos conductores.
José Colmenares, un transeúnte de la tercera edad, expresó su inquietud ante la falta de seguridad y atención que percibe. "Es importante que los adultos mayores tengamos más seguridad y más atención, a veces también uno va descuidado, y de repente se encuentra de frente un carro", señaló.
Colmenares también denunció que algunos conductores ignoran las señales de tránsito, incluso cuando el semáforo indica pare para los vehículos, obligándolos a frenar bruscamente para ceder el paso a los peatones. Con preocupación, añadió que la educación y la empatía de los jóvenes hacia los adultos mayores han disminuido con el tiempo, observando una menor disposición a ofrecer ayuda para cruzar las calles.
Indolencia juvenil
Por su parte, María Saavedra responsabilizó en parte a los motorizados por la situación, asegurando que "no respetan a los seres humanos que somos nosotros los de la tercera edad que necesitamos el apoyo y la colaboración, tanto de conductores de autos como de motorizados".
Saavedra hizo un llamado a las nuevas generaciones a considerar la integridad de las personas mayores, relatando incidentes en los que estuvo cerca de ser arrollada por vehículos. Además, recordó que las dolencias e incapacidades propias de la edad dificultan el tránsito rápido para muchos adultos mayores a la hora de cruzar calles y avenidas con rapidez.
La problemática se agudiza para las personas con discapacidad, como Luis Mora, quien se desplaza en silla de ruedas. Mora no solo enfrenta la indiferencia de algunos jóvenes al intentar abordar el transporte público, sino también la dificultad de movilizarse debido al mal estado de las aceras.
"Actualmente, la juventud no siente compasión por las personas discapacitadas", afirmó y compartió su experiencia de la poca ayuda recibida al intentar subir a las unidades de transporte.
Adicionalmente, denunció la falta de operatividad del transporte público después de las siete de la noche, lo que complica su traslado desde el centro hasta su residencia en Puente Real.
En contraste con estas experiencias, Efraín Medina, quien transita temporalmente con muletas debido a una lesión, manifestó haber encontrado receptividad y ayuda por parte de las personas al cruzar las calles y utilizar el transporte público.
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