Francisco Hinojosa / ERL | La Prensa del Táchira.- La Semana Santa, tradicionalmente un tiempo de recogimiento y reflexión, se convierte también en una ventana para que los artesanos locales exhiban su ingenio y creatividad a las puertas de los templos. El Domingo de Ramos, en particular, adquiere un significado especial, ya que las humildes hojas de palma se transforman en intrincadas obras de arte, cargadas de fe y promesa de bendiciones.
Estas técnicas ancestrales, transmitidas de generación en generación, permiten que una simple hoja de palma cobre vida en forma de cruces, rosas y una sinfín de otras figuras simbólicas. Tras recibir la bendición eclesiástica, estas creaciones se convierten para muchos fieles en amuletos protectores para el resto del año.
Jhonander Roa, un joven artesano dedicado a la elaboración y venta de estas piezas, explica la dedicación que implica su labor: "Cada año, iniciamos el proceso con cada palma desde 15 días antes para poderla tener lista el día del Domingo de Ramos. Para nosotros esto ya es una tradición aquí en el estado Táchira y a nivel nacional". Roa destaca que su trabajo artesanal tiene el propósito de que cada feligrés pueda conservar su ramo bendito durante todo el año.
Aunque se dedica a otros oficios, Jhonander ve la venta de los ramos benditos como una valiosa oportunidad anual. Reconoce que algunos los critican, pero para él, como comerciante, es un privilegio mantener viva, esta arraigada tradición. Consciente de la situación económica, ofrece sus creaciones a precios accesibles para que todos puedan adquirirlas.
Fernando Zapata, otro artesano del ramo, comparte que su labor comenzó como una tradición familiar que ha pasado de generación en generación. Desde los ocho años ha dedicado tiempo a perfeccionar su técnica. En su familia, varios miembros se dedican a este arte.
Zapata explica que su trabajo artesanal, complementario a otras actividades, le brinda un alivio económico. Entre sus creaciones destacan corazones, palmas tejidas y flores, siendo estas últimas sus favoritas a pesar de ser las más laboriosas. A diferencia de otros artesanos que venden las flores de palma a un precio más elevado, Zapata prefiere ofrecerlas a un costo menor para facilitar su compra.
De esta manera, en las inmediaciones de los templos tachirenses, la habilidad de los artesanos transforma la materia prima en símbolos de fe, permitiendo que la tradición del Domingo de Ramos se mantenga viva y accesible para los feligreses.
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