Alza de precios transforma la comida de cuaresma en un lujo

Francisco Hinojosa / ERL | La Prensa del Táchira.- La tradición católica de abstenerse de consumir carne durante ciertos días de la Semana Santa, como símbolo de penitencia, se enfrenta este año a una dura realidad económica en el Táchira. La sustitución habitual de carnes rojas y blancas por pescado, huevos o alternativas a base de soya se ha visto significativamente afectada por el alza de precios, especialmente en el rubro pesquero, catalogado por los mismos ciudadanos como una de las proteínas más costosas del mercado.

Ante este panorama, muchos creyentes se ven obligados a buscar opciones más económicas como la sardina enlatada, el atún o los huevos para cumplir con la tradición. Sin embargo otros, ante la dificultad de costear estas alternativas, optan por consumir lo que tengan disponible, incluso carne, pasando por alto la costumbre religiosa.

Eduvigis Peñuela afirmó que por nada del mundo romperá la tradición. Sin embargo, lamentó el elevado costo del pescado, una situación que persiste desde hace años. 

Aunque busca ofertas en lugares específicos, denunció el abuso de precios en los mercados. 

Peñuela considera que la crisis económica ha llevado a muchos venezolanos a priorizar la disponibilidad de alimentos en sus despensas por encima de las costumbres religiosas. "No nada más es un lujo comer pescado, sino también carne, lo único barato son los huevos y sin embargo", expresó y añadió que son las personas mayores quienes aún mantienen la tradición, mientras que los jóvenes desconocen su significado.

Por otra parte, Carlos Gómez coincidió en que la falta de recursos obliga a algunos a ir en contra de la tradición. "Si una persona no tiene para comprar un kilo de pescado que pasa los 30 mil pesos, si tiene pollo pues le toca ir en contra de la tradición porque no tiene de otra", manifestó.

La tradición por encima de las dificultades

Por su parte Pablo Cacique expresó su intención de mantener la tradición dentro de sus posibilidades económicas. "Si no podemos comprar pescado caro, nos remitimos a la 'sardinita' porque una latica de sardina se puede adquirir todavía. Ahí tratamos de cumplir la tradición de esa manera, pero siempre manteniendo la fe y la costumbre católica", dijo.

Asimismo, Beatriz Umaña abogó por mantener la tradición, sugiriendo alternativas más económicas al pescado como la tortilla de huevo, el atún o el jurel. "Tendríamos que hacer una dieta espiritual también porque muchos no se pueden comer su pescadito, pero nosotros podemos suplir este pescado por otras proteínas que puede ser con una tortilla de huevo, el que pueda compra atún, un jurel que ahorita está más económico, y tener así la alimentación que Dios provee para estas fechas", señaló, lamentando que los jóvenes estén perdiendo estas costumbres.

María Briceño, originaria de Falcón, donde el acceso al pescado es más común por ser una zona costera, reconoció la dificultad que enfrentan los habitantes de otras regiones debido a los altos precios del pescado durante la Semana Mayor. 

Finalmente, Isidro Chacón, encargado de un frigorífico en La Concordia, señaló la afectación económica para su sector, especialmente por el cierre de negocios durante los días centrales de la Semana Santa. A pesar de la tradición, reconoció que incluso si la carnicería permaneciera abierta, las ventas serían bajas por el respeto a la fecha. Curiosamente indicó que la carne de primera ha experimentado una ligera baja de precio en comparación con semanas anteriores.

"Para esas fechas los clientes siempre van a respetar la tradición, hay algunos que no creen, pero la mayoría prefiere no comer carne, aunque el precio del pescado está por las nubes", señaló.

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