Francisco Hinojosa / ERL | La Prensa del Táchira.- En Barrio Obrero, entre la Carrera 23 y la Calle 11, se alza una edificación religiosa que, aunque bautizada como "Santo Domingo de Guzmán", el fervor popular la conoce y venera como la iglesia El Ángel. Su imponente estructura, de corte contemporáneo y setenta metros de longitud, tuvo inicio entre 1955 y 1956, fruto del esfuerzo y la visión de los padres dominicos, quienes habían llegado a la capital tachirense en 1951.
El 16 de diciembre de 1956, la comunidad sancristobalense fue testigo de la inauguración de este nuevo espacio de fe. Tal como lo recogieron los escritos del cronista local Luís Hernández, fue durante la tradicional misa de aguinaldos que el templo abrió sus puertas. La obra, dirigida por el padre Ricardo Sáenz y bajo la maestría del ingeniero Fernando Manrique, hijo del alarife Jesús Manrique, se levantaba orgullosa al este de la ciudad, marcando un nuevo hito en el paisaje urbano.
El diseño vanguardista de la iglesia llevó la firma del arquitecto Francis Barry, cuya visión fue supervisada de cerca por el padre Sáenz. La construcción fue encomendada a los maestros Antonio Álvarez y Áureo Puerta, nombres insignes de la arquitectura monumental que dejaron memoria en la historia tachirense.
La estructura del templo se caracteriza por una única nave que se extiende majestuosamente a lo largo de toda su longitud. Sin embargo, es su fachada principal la que captura la mirada, dominada por una torre que se caracteriza como el elemento más distintivo. En lo alto, la cruz del templo se alza como ícono de fe, acompañada por la figura de un ángel en posición de oración, imagen que, con el tiempo, le otorgaría mérito al famoso templo.
La iglesia forma parte de un conjunto armónico que incluye el Colegio Cristo Rey, también bajo la protección de los Padres Dominicos, el edificio residencial de la congregación, la casa parroquial y un amplio estacionamiento. Este complejo ocupa una manzana entera en el corazón de Barrio Obrero, consolidándose como un referente emblemático de este importante sector de la ciudad.
Curiosamente, la estructura de la Iglesia El Ángel no es única en su estilo. Existe un precedente arquitectónico notable en la Iglesia de San Francisco Xavier de los padres jesuitas en Kansas City, Missouri en Estados Unidos. Construida en 1949 bajo la visión modernista de Francis Barry Byrne.
Esta iglesia comparte similitudes estilísticas con el templo sancristobalense. Aunque algunos documentos sugieren que la iglesia de San Cristóbal podría ser una réplica de su contraparte norteamericana, es importante destacar que la adopción de este tipo de diseño representó una innovación en el contexto local, requiriendo otras adaptaciones
Una anécdota sobre el carácter distintivo de la Iglesia El Ángel radica en la ubicación de su escultura principal es que, inicialmente, se había propuesto situar el ángel sobre el piso, frente a la entrada, siguiendo el modelo de la iglesia de Missouri. Sin embargo, durante la ejecución de la obra, se concibió la idea de elevar la figura y unirla a la torre.
Este cambio de diseño, resultó ser un acierto, otorgándole a la iglesia un elemento icónico que se ha convertido en su sello de identidad dentro del contexto urbano.
Con el paso de los años, la Iglesia El Ángel se ha arraigado profundamente en la vida de los sancristobalenses. Para feligreses y devotos, especialmente durante la Semana Santa, se ha convertido en una parada obligatoria en la tradicional visita a los siete templos, un espacio de encuentro para vivir la espiritualidad y la devoción propias de la Semana Mayor.
El templo ha sido testigo silencioso de innumerables historias: amores que florecen bajo la bendición divina y misas de acción de gracias que marcan el cierre de ciclos académicos. Su peculiar color vino tinto y su forma que evoca la imagen de un barco la hacen inconfundible en el horizonte de la ciudad desde el ángulo que se contemple.
Sin embargo, el paso del tiempo y la falta de atención han comenzado a dejar su huella. Hoy, aquel templo vibrante luce desteñido por el sol y la lluvia. El enorme ángel, que se incrustó en la memoria colectiva del Táchira y dio nombre a la iglesia, muestra los signos del envejecimiento, con musgo y maleza intentando reclamar su superficie.
La maraña de cables y fibra óptica que cuelgan de los postes cercanos se convierten en un obstáculo visual, dificultando la contemplación de esta hermosa obra por parte de fotógrafos y turistas.
A pesar de estos signos de deterioro, la Iglesia El Ángel sigue siendo un símbolo de fe y un referente arquitectónico para San Cristóbal. Su historia, desde su concepción hasta su arraigo en la cultura popular, la convierte en un testimonio vivo del espíritu emprendedor de los padres dominicos y del talento tachirense.
Descarga nuestra app aquí o escanea el código QR