En algunos lugares el tamaño y la raza de los caninos influyen en la admisión de los mismos en los establecimientos

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En algunos lugares, el tamaño y la raza de los caninos influyen en la admisión de los mismos en los establecimientos

Falta de responsabilidad pone en riesgo la tendencia "Pet Friendly"

Francisco Hinojosa / ERL | La Prensa del Táchira.- La apertura hacia las mascotas en espacios públicos de San Cristóbal comienza a perfilarse como una tendencia, especialmente en centros comerciales y restaurantes. Sin embargo, esta incipiente cultura "pet friendly" se ve empañada por la falta de responsabilidad de algunos dueños, generando tensiones y restricciones en establecimientos que buscan ser inclusivos.

En un centro comercial ubicado en Barrio Obrero, evidencian su política de permitir el ingreso de caninos, aunque con ciertas normativas. Un supervisor del lugar enfatizó que si bien aceptan animales de compañía, la raza y el tamaño influyen en la admisión. 

La tolerancia del centro comercial; sin embargo exige reciprocidad por parte de los dueños, instándolos a ser más conscientes del comportamiento de sus mascotas. "Algunas personas se sienten aludidas cuando se les hace un reclamo, especialmente cuando sus mascotas evacúan en plenos pasillos o si hacen algún daño", lamentó el supervisor, recordando la necesidad de portar bolsas desechables para cualquier eventualidad. 

Además señaló la falta de leyes y educación en Venezuela sobre tenencia responsable y sugirió la obligatoriedad del bozal para razas potencialmente agresivas.

En el centro comercial más importante de la entidad, el reglamento interno no prohíbe el ingreso de mascotas, aunque las tiendas individuales se reservan el derecho de admisión. A pesar de esta apertura general, se restringe la circulación y permanencia de animales en la feria de comida y zona de restaurantes. La administración también prohíbe dejar mascotas solas dentro de vehículos estacionados.

El sector de restaurantes en Barrio Obrero muestra una diversidad de políticas. Mientras algunos locales con áreas verdes o al aire libre, como el de Lillimar Linares, permiten el acceso de mascotas bien educadas y con dueños responsables, otros imponen restricciones. 

Linares aclaró que la admisión depende del buen comportamiento del animal y la conciencia del dueño ante posibles daños. Otros establecimientos sin espacios abiertos permiten ingresos transitorios o limitan el tamaño de los perros, como explicó una propietaria que ha experimentado problemas con ladridos que perturban a otros clientes.

La gerente de otro restaurante, Karina Nieves, optó por prohibir el ingreso de perros tras experiencias negativas en las que los animales ladraban o hacían sus necesidades, generando incomodidad en los comensales. Nieves considera que Venezuela aún carece de una cultura "pet friendly" sólida, debido a la falta de responsabilidad de algunos ciudadanos al asumir la custodia y los daños que sus mascotas puedan ocasionar.

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