Francisco Hinojosa / ERL | La Prensa del Táchira.- En vísperas de la Semana Santa, el fervor religioso tradicionalmente impulsa la venta de imágenes y artículos religiosos en San Cristóbal. Sin embargo comerciantes con décadas de experiencia en el rubro ratifican una disminución en las ventas, atribuida por algunos a una posible pérdida de fe, especialmente entre las generaciones más jóvenes.
Edgar Rúgeles, con 40 años dedicados a la venta de imágenes religiosas en el Cementerio Municipal, recuerda con nostalgia épocas pasadas cuando los lunes santos y el resto de la Semana Mayor eran sinónimo de un negocio próspero. "Anteriormente la tienda siempre estaba repleta de clientes", asegura.
Hoy en día, la venta de estampitas, rosarios, escapularios y santos ha experimentado una baja considerable. Rúgeles destaca que si bien los precios en este sector suelen ser estables, la percepción en los últimos años es clara: "la fe y la tradición se han ido perdiendo".
A pesar de este panorama, un grupo de comerciantes se resiste a que la tradición desaparezca. Se organizan en las entradas de templos emblemáticos como la Iglesia de La Ermita los domingos para ofrecer sus productos.
Rúgeles también señala para estas fechas, un repunte significativo en la demanda de imágenes del Nazareno y accesorios afines al Santo Cristo de La Grita, en los días previos a la Semana Santa. Asimismo la santificación del Doctor José Gregorio Hernández ha generado una afluencia constante de clientes en busca de su imagen.
No obstante contrasta esta situación con el pasado, cuando la venta de estos artículos era recurrente durante todo el año, mientras que ahora se limita principalmente a temporadas como la Semana Santa y con una clientela mayoritariamente de la tercera edad.
Nubia Ochoa, vendedora de velones en los alrededores del Cementerio Municipal, confirma que aunque sus ventas se mantienen durante todo el año, la demanda de velas color morado en los días previos a la Semana Santa hace que se disparen sus ventas. Consciente de la disminución general en las ventas, Ochoa ha innovado su negocio creando diseños creativos en sus velones, una estrategia que le ha resultado exitosa para estas fechas.
Katherin Tacle, comerciante de imágenes y escapularios, coincide en que el negocio ha sufrido una baja notable después de la pandemia. Sin embargo, la cercanía de su puesto al cementerio y a iglesias convierte la Semana Santa en su mejor época del año.
Tacle explica que muchos clientes buscan sus productos por promesas a los santos, especialmente al Doctor José Gregorio Hernández, quien se ha convertido en una figura central en su establecimiento.
"No compran con la misma regularidad que antes, pero las personas mayores son las que más invierten en figuras religiosas. Muy pocos son los jóvenes que vienen por un escapulario o por las pulseras", lamenta.
Blanca Rivas, quien elabora bisutería con motivos religiosos y vende estampitas, afirma que las pulseras y rosarios mantienen cierta demanda.
Durante la Semana Santa, elige ubicarse frente a las Iglesia La Ermita y La Catedral, especialmente el día de la visita a los siete templos, siendo esta una ocasión propicia para un aumento significativo en sus ventas.
"Los jóvenes ya no compran tanto como antes, pero las personas mayores los llevan mucho para regalarles a sus nietos", comenta Rivas.
Para los abuelitos, llevar consigo una imagen de la Virgen o el Divino Niño representa un consuelo, una esperanza y un recordatorio de que no están solos, comentó la comerciante con una sonrisa.
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