Francisco Hinojosa / ERL | La Prensa del Táchira.- A pocos días de Semana Santa, tradicionalmente un período de alta demanda de pescado, se registra un inicio de ventas inusualmente lento en los principales mercados de San Cristóbal. Comerciantes coinciden en que los precios manejados en el rubro son el principal factor que mantiene a los compradores en espera y desánimo. Adicionalmente, la preocupación por los constantes apagones y fluctuaciones eléctricas mantiene la cautela en el manejo de la delicada proteína.
Richard Blanco, comerciante en La Concordia, expresó su sorpresa ante la escasa afluencia de compradores en comparación con años anteriores, incluyendo el 2024. "Ahorita nos estamos cuidando mucho de cualquier pérdida porque la carne de pescado es muy delicada, y con el problema de la luz, si el pescado no se mantiene en su cadena de frío se daña", manifestó Blanco, quien se cuenta entre los pocos que actualmente ofrecen pescado seco en la zona. Ante la baja demanda, ha optado por limitar su inventario para evitar pérdidas, consciente de que incluso el pescado seco puede perder calidad con el paso de los días.
Élide Rivas, vendedora de pescado fresco durante todo el año en el mismo sector, también ha percibido una notable disminución en las ventas previas a la Semana Mayor. "Para estas fechas vienen muchos comerciantes que se dedican a preparar platos típicos de estas festividades para la venta, aun así, son muy pocos los clientes que han comprado", señaló, y además atribuyó esta situación directamente a los precios.
"No es culpa del comerciante, nosotros compramos el pescado de por si con costo elevado, y nosotros debemos ver un margen de ganancia", reiteró la comerciante.
Recordó las pérdidas sufridas el año pasado por un exceso de inventario, lo que ha motivado a los comerciantes a ser más prudentes y ofrecer solo lo necesario hasta que la temporada de ventas se active plenamente.
En una pescadería ubicada en La Ermita, Edgar Roa indicó que, si bien la temporada alta de ventas aún no ha comenzado formalmente, ha observado un nivel moderado de compras por parte de mayoristas. Consciente de la sensibilidad de los precios, su negocio ha implementado ofertas en algunas variedades de pescado para mantener su clientela.
Cortes eléctricos
La crisis del suministro eléctrico también es una preocupación constante, lo que los ha llevado a limitar la exhibición de pescado congelado para prevenir su deterioro. En cuanto al pescado seco, lo ofrecen a un precio competitivo de 25 mil pesos el kilogramo. "Hasta el momento lo que lleva más la gente es el dorado, lomo de atún, bagre rayado y pargo rojo", detalló Roa,
Además añadió que solo están realizando el fileteado bajo pedido para asegurar la frescura del producto. Subrayó que, a pesar de la anticipación de la temporada, los clientes buscan las mejores opciones y precios, razón por la cual su establecimiento ofrece descuentos y "ñapas" para las compras al mayor.
Precios referenciales por kilogramo: En La Concordia, el jurel se encuentra en 35 mil pesos, el pargo rojo en 30 mil, el bagre rayado y el dorado en 30 mil, y el pescado seco en 30 mil. Las variedades de caribe, palometa y panche oscilan entre los 10 mil y 15 mil pesos. Por su parte, en La Ermita y sus alrededores, el pescado seco se ofrece a 25 mil pesos, el lomo de atún entre 35 mil y 40 mil, el pargo rojo y el bagre rayado a 25 mil, el dorado a 20 mil, el caribe a 16 mil y la palometa a 10 mil pesos.
Los comerciantes mantienen la esperanza de que la demanda de pescado se reactive a medida que se acerque la Semana Santa, aunque la incertidumbre generada por los altos precios y la persistente crisis eléctrica sigue siendo un factor de inquietud en la comunidad sancristobalense.
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