María Cárdenas | La Prensa del Táchira.- Durante parte de la década de los años 70, las inmediaciones del Puente Libertador eran conocidas como el "Paseo del Amor", en donde parejas, tanto de Táriba como San Cristóbal, se reunían para pasar las horas de la tarde; sin embargo, todo cambió cuando un misterioso y terrible crimen ocurrió en este mismo sitio.
El 28 de octubre, mientras equipos de rescate se encontraban practicando maniobras en el puente, un fuerte olor y aves de carroña les alertó sobre algo oculto en la vegetación. Al investigar más de cerca, descubrieron el cadáver parcialmente descompuesto de un joven. Comisiones policiales llegaron al lugar e hicieron el levantamiento del cadáver. En primera instancia se pensó que el joven habría perdido la vida accidentalmente al caer del puente, no obstante, la autopsia reveló algo aterrador.
El cuerpo fue identificado como L. Sánchez, de 17 años de edad, quien llevaba más de 20 días desaparecido. El joven oriundo de Táriba fue identificado por su familia gracias a la vestimenta. Los oficiales revelaron que la razón de muerte se debía a que fue apuñalado en numerosas ocasiones y en diferentes partes del cuerpo, por lo tanto, los investigadores empezaron a trabajar en la búsqueda del homicida.
La víctima había tenido algunos roces con la justicia debido a que tenía inclinaciones homosexuales, las cuales en la época no eran bien vistas ni social ni policialmente. Los oficiales indicaron que Sánchez había sido asesinado hace varios días en aquel lugar y su muerte fue instantánea debido a la gravedad de sus heridas. Asimismo, tras entrevistar a varias personas, todas indicaron no haber visto ni escuchado nada.
Los oficiales explicaron que el asesino conocía muy bien a la víctima y probablemente el crimen se habría efectuado en altas horas de noche. Los detectives de homicidios consiguieron apresar a dos sospechosos, cuyos nombres nunca fueron revelados, que al parecer no solo tenían conexión con la víctima, sino que probablemente estaban relacionados con su muerte.
Durante varias semanas las fuerzas policiales indicaron que el crimen sería prontamente resuelto; sin embargo el mes de diciembre anunciaron que debieron dejar en libertad a los dos sospechosos por falta de pruebas. Si bien la investigación continuó, el caso se fue olvidando y guardando en los archivos de la PTJ y tomaría nuevamente relevancia, pero sin encontrar culpables, cuando nueve años después el cuerpo de otro joven taribero fue encontrado sin vida en el mismo lugar que Sánchez.
Los datos de esta historia se encuentran resguardados en la Hemeroteca Estadal "Pedro Pablo Paredes", ubicada en la sede del Liceo Alberto Adriani en San Cristóbal.
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