l menos 10 periodistas que cubrían una protesta masiva en marzo fueron atacados

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l menos 10 periodistas que cubrían una protesta masiva en marzo fueron atacados

Periodistas en Haití sortean balas y censura para cubrir violencia

Agencias | La Prensa del Táchira.- Jean-Jacques Asperges solía disfrutar el volver a casa tras un largo día trabajando en una estación de radio en uno de los lugares más peligrosos del mundo para los periodistas.

Tenía un techo y cuatro paredes para protegerse, pero la violencia de las pandillas obligó a él y a su familia a huir de su hogar dos veces.

Ahora, Asperges, de 58 años, su esposa y sus dos hijos se ven obligados a dormir en el suelo de un refugio improvisado, sucio y abarrotado, junto con miles de otros haitianos que también quedaron sin hogar debido a la violencia de las pandillas.

"Aquí caen balas todo el tiempo", afirmó.

Luego de haber perdido todo su equipo de trabajo, Asperges depende únicamente de su teléfono, pero sigue sin desanimarse, al igual que docenas de otros periodistas en Haití que están bajo ataque como nunca antes. Están esquivando balas, desafiando la censura y dejando de lado sus luchas personales al documentar la caída de la capital de Haití y el aumento de la violencia atribuida a poderosas pandillas que controlan el 85% de Puerto Príncipe.

Pandillas fuertemente armadas atacaron al menos tres estaciones de televisión y radio en marzo. Dos de los edificios ya estaban abandonados debido a la violencia anterior, pero los hombres armados robaron el equipo que había quedado.

"Es un mensaje: No operas sin nuestro permiso, y no operas en absoluto en nuestro territorio", comentó David C. Adams, un experto en temas de libertad de prensa en Haití.

Las pandillas enviaron un mensaje aún más mortal en la víspera de Navidad, cuando abrieron fuego contra periodistas que cubrían la fallida reapertura del hospital público más grande de Haití, diciendo que no habían autorizado su reapertura.

Dos periodistas fueron asesinados y al menos otros siete resultaron heridos, incluido Asperges, quien recibió un disparo en el estómago. Fue el peor ataque contra reporteros en Haití en la historia reciente.

"Todos están amenazados. Todos están bajo presión", expresó Max Chauvet, director de operaciones de Le Nouvelliste, el periódico independiente más antiguo de Haití.

"Te sientes en peligro haciendo tu trabajo"

Ponerse un chaleco antibalas con la palabra "PRENSA" ahora es una peligrosa decisión en Haití. Lo que solía servir como un escudo simbólico y físico se ha convertido en un objetivo.

Al menos 10 periodistas que cubrían una protesta masiva en marzo fueron atacados, entre ellos Jephte Bazil, un videógrafo que dirige su propia empresa de medios, Machann Zen Haïti.

Se abría paso entre una protesta en el barrio de Canapé-Vert de Puerto Príncipe cuando tres hombres vestidos de negro y con el rostro cubierto lo llamaron.

"¿Qué demonios estás haciendo por aquí?" recordó que le preguntaron

Registraron su bolsa, le quitaron el celular y le exigieron múltiples formas de identificación. Bazil sólo entregó su pasaporte, manteniendo su credencial de identificación oculta porque indicaba que era de Martissant, una comunidad que las pandillas tomaron hace varios años. Tenía mucho miedo de mostrarla y posiblemente ser acusado de ser miembro de una pandilla o simpatizante.

Fuente Informativa: APNews

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