La víctima que llevaba varios días desaparecida presentaba fuertes lesiones entre ellas 128 heridas punzo penetrantes

Crédito: Karen Roa

La víctima, que llevaba varios días desaparecida, presentaba fuertes lesiones, entre ellas 128 heridas punzo penetrantes

El macabro crimen cometido por un padre y sus dos hijos

María Cárdenas | La Prensa del Táchira.- Corría el mes de agosto de 1999 cuando un grupo de personas se encontraba transitando como todos los días la ruta de Las Minas de Vega de Aza, de pronto un olor nauseabundo y los animales de rapiña les alertó que había algo extraño al fondo del barranco, al observar bien se percataron que era el cuerpo de una persona.

La Brigada de Homicidios se hizo presente rápidamente en el lugar, levantaron el cuerpo e iniciaron las averiguaciones, solo unas horas después consiguieron identificar el cadáver que pertenecía a un chofer de camión, de 60 años de edad, procedente del Piñal. La víctima, que llevaba varios días desaparecida, presentaba fuertes lesiones, entre ellas 128 heridas punzo penetrantes y una herida profunda en el cuello, además se encontraba amarrado de pies y manos a un tronco. Los detectives se impresionaron con el nivel de ensañamiento de los criminales con el hombre y enseguida comenzaron a manejar la hipótesis de venganza.

Tras interrogar a familiares del occiso, los oficiales se encontraron con un caso extraño, puesto que sus hijas explicaron que el hombre no solía tener enemigos, era muy querido en la comunidad y se dedicaba al transporte de mercancías y mudanzas con su camión 350. Asimismo, explicaron que el último día que lo vieron con vida, este salió muy temprano de su hogar a realizar un trabajo de mudanza con un hombre que nadie conocía. En horas de la tarde, un vecino de El Piñal vio el camión estacionado en una bodega en Vega de Aza y desde entonces no se supo más nada de él.  

Con esto en mente, los oficiales comenzaron la búsqueda del camión, ya que no se encontraba en el lugar en donde hallaron el cuerpo. Tras investigar en zonas cercanas en donde fue encontrado el cadáver del chofer, los oficiales consiguieron averiguar que el camión Ford 350 fue desvalijado por completo y vendido por partes en distintas chiveras o chatarrerías, esto dio una pista importante para la captura de los homicidas.

Un padre y sus dos hijos

Con todos los elementos, las fuerzas policiales lograron la captura de un padre y sus dos hijos, ambos mayores de edad, quienes eran los principales sospechosos del macabro hecho. Tras varios interrogatorios, la policía pudo conocer que el móvil del crimen no se trataba de una venganza, sino de un vil robo del camión que se salió de control.

Tal y como se creía, los criminales tendieron una trampa a la víctima, lo llevaron a una zona solitaria en las minas e intentaron neutralizar al chofer para despojarlo del camión, no obstante este opuso resistencia, lo que llevó al fatal desenlace. Si bien los tres fueron quienes participaron en el robo y asesinato, el autor intelectual del brutal crimen continuaba suelto, ya que la policía pudo conocer que el apodado "El brujo" fue quien planeó tanto el robo y dio la orden para el homicidio. Sin embargo este ya había huido de Vega de Aza cuando las investigaciones comenzaron. 

Los datos de esta historia se encuentran resguardados en la Hemeroteca Estadal "Pedro Pablo Paredes", ubicada en la sede del Liceo Alberto Adriani en San Cristóbal.

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