Jóvenes de todas las edades pudieron disfrutar de un día de maquillaje peluquería y barbería manicura y pintacarita

Crédito: Francisco Hinojosa

Jóvenes de todas las edades pudieron disfrutar de un día de maquillaje, peluquería y barbería, manicura y pintacarita

En medio de sonrisas, jóvenes down disfrutaron de un día de baile

Francisco Hinojosa / ERL I La Prensa del Táchira.- Con una vibrante bailoterapia en la Plaza Ríos Reyna, conocida popularmente como la Plaza de los Enanitos, la comunidad de San Cristóbal conmemoró este viernes el Día Mundial del Síndrome de Down. La jornada, organizada por la Fundación Angelitos Down y la Policía Municipal, ofreció además una merienda especial, servicios de peluquería y manicura para niños, niñas y adolescentes que viven con la condición.

La jornada en la Plaza Ríos Reyna fue un espacio de alegría, celebración y también de reflexión sobre los avances y los retos que aún existen en la construcción de una sociedad más inclusiva y amorosa para las personas con síndrome de Down y sus familias en San Cristóbal.

Jóvenes de todas las edades pudieron disfrutar de un día de maquillaje, peluquería y barbería, manicura y pintacarita, mientras gozaban de una divertida rutina de baile junto a sus representantes quienes no pudieron contener las ganas de unirse a la bailoterapia.

Al finalizar, los asistentes disfrutaron de un delicioso refrigerio para posteriormente continuar disfrutando de la actividad.

La actividad estuvo dirigida por voluntarios y miembros de la fundación Angelitos Down, así como también se contó bajo la custodia de la Policía Municipal, Cuerpo de Bomberos y la Alcaldía de San Cristóbal.

Historia de vida

"Mi hija Luisana es un ángel, mi todo", fue el testimonio de una madre durante la actividad llevada a cabo en la Plaza Ríos Reyna.

Lilia Lozano compartió un emotivo testimonio sobre su experiencia como madre de Luisana Quintero, una joven que vive con síndrome de Down.

Conmovida, La madre describió la llegada de su hija como "algo muy especial". "Para mí, ella es un ángel", expresó con profunda ternura. "Me ha dado muchísimo, he aprendido mucho de ella por su manera de ser, del cariño, el amor".

La vida de Luisana, aunque inicialmente sana, ha presentado algunas circunstancias de salud en los últimos tiempos, incluyendo depresión y cáncer. Ante estas dificultades, Lilian se aferra a su fe y pide fortaleza para seguir cuidando de su hija.

"Nosotras las mamás de niños con síndrome de Down somos especiales, porque estos niños para nosotras son algo grande y poderoso", afirmó con convicción.

A pesar de los momentos difíciles, Lozano se siente inmensamente orgullosa de su hija. "La adoro. Es mi ángel, es mi todo, y  bueno, seguir luchando por ella", manifestó con determinación.

En su testimonio, Lilia Lozano también destacó el importante papel de la fundación organizadora del evento en sus vidas. "Esta fundación nos ha dado muchísimo, gracias a ellos por el apoyo que nos han dado siempre. A mí me han dado...", expresó, dejando entrever la profunda gratitud.

La historia de Lozano y su amor incondicional por Luisana resuena en este Día Mundial del Síndrome de Down, recordando la fortaleza de las familias y la profunda alegría que aportan las personas con esta condición a sus vidas y a la comunidad. Su testimonio es un llamado a la valoración, el apoyo y la inclusión de todas las personas, reconociendo la singularidad y el potencial de cada individuo.

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