La movilización de cinco cuadras hasta la emblemática Plaza de Mayo, donde se emplazan la casa de gobierno y el principal templo católico de la capital argentina, fue solemne, sin cantos, consignas ni tambores: una curiosa variedad respecto a lo que suelen ser las abundantes y coloridas manifestaciones porteñas.
En esta ocasión los unía el agradecimiento, dijo a la afp Laura Cibelli, de 47 años. "Desde que (Jorge Mario) Bergoglio asumió como papa, pudo hacer visible a los invisibles, a aquellos trabajadores pobres, precarizados, cartoneros, no solo de Argentina, sino del mundo", añadió.
La procesión, en la que participaron mayormente fieles de organizaciones sociales y sindicatos de trabajadores.
La marcha culminó cuando los asistentes dejaron sus velas en la Plaza de Mayo ante un cartel que decía "amor con amor se paga".
Este fue el lema propuesto por el dirigente social Juan Grabois, quien tiene un lazo personal el papa, y la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP).
"Ahora que él pasa un momento de fragilidad, nuestro deber es pagar ese amor con amor. (...) Suenen las campanas y se escuchen algunas homilías del Papa", había escrito Grabois en la red X al convocar a la vigilia el martes.
Fuente informativa: DW
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