Durante las madrugadas se escuchan gritos lamentos risas se pueden ver misteriosos espectros

Crédito: Karen Roa

Durante las madrugadas se escuchan gritos, lamentos, risas, se pueden ver misteriosos espectros

Las historias paranormales del casco histórico de San Cristóbal

María Cárdenas | La Prensa del Táchira.- El casco histórico de la ciudad, donde se encuentra la Plaza Juan de Maldonado, Rafael Urdaneta y el Edificio Nacional, son lugares con alta actividad paranormal. Personas que habitan por los alrededores cuentan que durante las noches y madrugadas se escuchan gritos, lamentos, risas, se pueden ver misteriosos espectros y caballos con fuego en los cascos recorriendo las calles.

Las personas explican que el lugar tiene una energía extraña, puesto que el primer cementerio de la ciudad se ubicó en este lugar. Personas que trabajan en el interior del Edificio Nacional cuentan que  han visto el espíritu de una enfermera deambulando en las madrugadas. Vigilantes y personal nocturno son quienes han tenido encuentros con la mujer que deambula cabizbaja en los pasillos del lugar, la mujer los sigue y los vigila hasta que misteriosamente desaparece. Cuentan que se trataba de una enfermera que fue asesinada en este mismo lugar cuando funcionaba la antigua cárcel durante la época del gomecismo, también afirman que terribles cosas sucedieron en su interior y la enfermera es una de las desdichadas almas penando en el lugar.

Los gritos, risas y lamentos han sido escuchados, tanto por personas que viven cerca del Edificio Nacional como por quienes laboran en él. Cuentan que durante horas de la madrugada en el lugar se escuchan lamentos espectrales y risas escalofriantes. Se escucha como si dentro de este estuvieran cientos de personas, pero en realidad solo se encuentra el personal de vigilancia. Muchos explican que estas son las almas torturadas de la época de Juan Vicente Gómez y otros que vienen de aquellos cuerpos olvidados del antiguo cementerio. 

En la calle 2, 3 y carrera 5, aseguran que caballos con fuegos en los cascos pasan galopando como si custodiaran a las almas que penan en aquel lugar. Rodolfo, quien es habitante del lugar, relata que durante los años 90 se encontraba con un grupo de amigos en la zona pasando el rato, fuera de una casa ubicada en la calle 2 con carrera cinco, cuando llegó la una de la mañana se disponía a volver a su casa junto a sus demás acompañantes, la calle solitaria los hizo sentir un terror repentino, pero decidieron ignorarlo y continuar con su camino, cuando comenzaron a escuchar el galopar de los caballos. Rodolfo giró a lo lejos vio como se acercaban varios caballos, se cubrió rápidamente el rostro, puesto que su abuela había advertido que si tenía un encuentro como este no debía mirarlos, uno de sus compañeros comenzó a rezar el credo en voz alta y poco a poco escucharon como los caballos se fueron alejando hasta desaparecer. 

Muchos cuentan que estos caballos dan la vuelta por la manzana recorriendo la la calle dos y tres y parte de la carrera cinco, otros aseguran que de sus cascos sale fuego y relatan que no saben si estos resguardan a una alma infortunada o algún tesoro de la época de la independencia. 

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