Personas que habitan en las cercanías explicaron que durante varios años los profanadores robaron placas, cruces y cualquier adorno de aluminio o bronce que estuviera en las tumbas. "No dejaron casi nada, se robaron las letras, placas, cruces, casi todo el material valioso que había", explicó un vecino del sector que pidió no ser identificado.
Si bien los trabajadores del lugar intentan mantener en las mejores condiciones el camposanto, lo cierto es que durante horas de la noche algunos antisociales se aprovechan de la poca seguridad y los bajos que son los muros principales para acceder al lugar y consumir tanto alcohol como sustancias prohibidas.
"Durante la madrugada, por desgracia hay muchas personas que no tienen conciencia y se meten al lugar a realizar cosas que no deberían. Eso es muy irrespetuoso porque este es un lugar santo y muchas personas tienen a sus familiares aquí", agregó.
Por otro lado la movilidad dentro del lugar también resulta peligrosa, ya que las caminerías son muy inestables y los visitantes muchas veces deben caminar sobre las tumbas, por lo cual muchas personas sienten que es peligroso y deben estar alerta cuando visitan el lugar.
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