El cadver de la pequeña se encontraba en una extraña posición en una de las tumbas al oeste del camposanto

Crédito: Karen Roa

El cadáver de la pequeña se encontraba en una extraña posición en una de las tumbas al oeste del camposanto

Historia de la niña hallada sobre una tumba en el cementerio

María Cárdenas | La Prensa del Táchira.- Cledomino Guerrero, agente de la Seguridad Nacional, se encontraba haciendo su ronda como de costumbre en el Cementerio Municipal de San Cristóbal, y cuando ya iba a dar su ronda por concluida, algo extraño en una de las tumbas llamó su atención. Al acercarse realizó el terrible descubrimiento del cuerpo sin vida de una pequeña niña de cinco años de edad.

Era el cinco de junio de 1957, el cadáver de la pequeña se encontraba en una extraña posición en una de las tumbas, al oeste del camposanto, a unos pocos metros de las oficinas principales. Dado que el macabro descubrimiento se dio a plena luz del día, una multitud de personas se aglomeró en el lugar, a la espera de la llegada de las autoridades.

En primera instancia los oficiales de la Seguridad Nacional sospechaban que se trataba de una posible violación y homicidio y que el posible perpetrador abandonó el cuerpo de la pequeña para emprender su huida. No obstante, el suceso tomaría otro rumbo, ya que tras practicada la autopsia se descubrió que la pequeña no había sido asesinada, sino que su causa de muerte estaba relacionada con una fuerte neumonía y una parasitosis. 

Esto cambió el rumbo de la investigación y los oficiales se dedicaron a intentar descubrir la identidad de la pequeña, a pesar de recibir diferentes avisos, ninguno concordaba con la identidad de la víctima, hasta que un día un hombre con un periódico en la mano dio la pista que necesitaba la policía.

Los hechos

Pocos días después del descubrimiento del cuerpo de la pequeña, los oficiales de la Seguridad Nacional anunciaron que habían detenido al padre de la criatura abandonada. Un hombre de 56 años de edad, agricultor de oficio y con su humilde vivienda ubicada en la Aldea de Pericos, contó a los oficiales la trágica historia de su pequeña.

Explicó a los oficiales que su pequeña hija se encontraba enferma desde hace unos días por lo cual decidió emprender el viaje a pie desde la Aldea de Pericos hasta el Hospital José María Vargas, sin embargo antes de llegar al centro asistencial la pequeña dejo de respirar y murió en sus brazos, debido a su origen humilde aseguró no tener dinero para darle santa sepultura a su hija y desesperado para que  la pequeña descansara en paz, tomó la decisión de lanzarla por una de las paredes perimetrales del cementerio municipal, debido a que este era un lugar santo.

Después de esto el hombre se fue a su hogar para continuar con sus labores de agricultura sin decirle a nadie lo sucedido; sin embargo uno de sus vecinos había leído un artículo de periódico en donde se mencionaba la muerte de la pequeña y debido a la descripción de su ropa el hombre relaciona el caso y preguntó al padre que había pasado con su hija, a lo que este explicó que la pequeña se encontraba en "el cuarto olvidado" del José María Vargas, algo que desconcertó a su vecino quien inconforme con la historia decidió ir hacia la sede de la Seguridad Nacional.

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