Nadie sabe muy bien cuando, pero los lugareños narran que a finales de los años 70, cuando las primeras casas en aquel lugar fueron construidas, en dicho terreno se levantó una imponente quinta, la casa de dos pisos mostraba con esplendor la prosperidad de una familia; sin embargo no sabían lo que se esperaba.
Existen muchas versiones de lo que sucedió una trágica noche en los años 80, pero todos coinciden en que una maldición quedó impregnada en aquel lugar. Según cuentan, un hombre del ejército fue el primer dueño de aquella casa, en ella habitaba con su mujer y sus dos hijas pequeñas, pero dicen que un día perdió la cordura y asesinó a ambas niñas, las desmembró y sus cuerpos los guardo en la nevera; su esposa del impacto terminó en psiquiátrico mientras que el hombre se quitó la vida. Algunos aseguran que militar decía a gritos que la casa lo obligó hacerlo.
Tras este suceso una extraña atmósfera se adueñó de la vivienda, el letrero de "En venta" permanencia mientras pasaban los años, el hogar pasó por varios dueños; sin embargo no duraban mucho. Su frente poco a poco fue tomado por la maleza y un antiguo automóvil en el garaje se fue consumiendo por el óxido. Quienes transitaban en la noche por la zona salían espantados al ver las luces prendidas, el auto encendido y las voces viniendo del interior de la casa. Quienes habitaban en los sitios cercanos aseguraron que una entidad se paseaba durante la madrugada por aquel lugar.
Poco a poco aquella casa de Pirineos se ganó la fama de estar embrujada. Las personas lo pensaban dos veces antes de caminar por la acera, ya que sentían una extraña vibra emanar de ella. Pasaron los años y aquella casa nunca se vendió hasta que finalmente un hombre escéptico decidió comprarla y para acabar con aquella mala fama decidió derribarla hasta sus cimientos.
Los obreros aseguran que mientras realizaban el trabajo, cosas extrañas pasaban en el lugar, oían voces, las herramientas dejaban de funcionar sin explicación alguna y una extraña figura siempre era vista merodeando. Cuentan que al momento de destruir toda la casa, bajo el piso principal, encontraron un entierro con artículos de brujería.
A pesar de todos estos sucesos el nuevo propietario seguía con su plan de construir una nueva edificación, no obstante esta nunca prosperó y nuevamente fue vendida. Esta vez fue comprada por un hombre que quería realizar algunas canchas deportivas, pero han pasado los años y aún no se ha construido nada en el lugar. Las personas más longevas del sector explican que es porque el lugar está maldito y nada puede prosperar ahí, señalan que durante las madrugadas aun sin estar la casa, una figura espectral de un hombre vestido de negro merodea por el lugar no solo dentro de la casa, sino también fuera de esta, como si se encontrara en búsqueda de nuevas víctimas.
Como dato curioso, solo a unos pocos metros de este terreno embrujado se encuentra un colegio que lleva por nombre "Lolita Robles de Mora", nada más y nada menos que la reina de las leyendas tachirenses.
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