María Cárdenas | La Prensa del Táchira.- El Hospital Central de San Cristóbal, un lugar con más de 60 años, está rodeado de diferentes historias de espantos y apariciones. Las personas que laboran en el lugar o debieron pasar una noche en él por alguna emergencia, cuentan sobre los encuentros paranormales que vivieron en su interior.
El Doctor
Hace más de unos 30 años, Nancy se encontraba en el hospital a la espera de que los médicos consiguieran salvar la pierna de su esposo, quien tras una cirugía sufrió una fuerte infección. A pesar de ser de día, el recinto médico se encontraba muy solitario, Nancy aguardaba a pocos metros del cuarto de su esposo la visita de algún médico, cuando de pronto un hombre de unos cincuenta años, vestido de traje, apareció en las escaleras, llevaba bolso y tenía toda la apariencia de ser un médico. Nancy a pesar de no haber visto el rostro le dio sus buenos días y lo siguió con la mirada; notó que este ingresó precisamente al cuarto de su marido, esperó a que el doctor saliera y le preguntó cómo veía a su esposo, a lo que el doctor sin levantar la mirada le hizo un gesto con la mano "más o menos", el hombre se fue alejando rumbo a las escaleras y Nancy siguió insistiendo: "doctor que va pasar con la pierna de mi marido", a lo que él de manera amable y con voz apagada le contestó "no tiene remedio".
Nancy quedó estupefacta ante la respuesta del hombre, vio como este se alejó pasando por un puesto en donde se encontraban varias enfermeras. La mujer corrió al cuarto de su esposo para preguntarle qué le había dicho el doctor cuando entró a revisarlo; sin embargo este le explicó que ella era la única que había entrado al cuarto en toda la tarde. Nancy confundida con lo que había pasado bajó las escaleras para hablar con las enfermeras y preguntar sobre el elegante doctor, sin embargo estas señalaron que ningún doctor y menos con esa descripción había pasado por ahí, no obstante una de las enfermeras que escuchó el relató de la mujer le explicó que había hablado con el espíritu de un doctor que trabajaba en el hospital en sus inicios. Le explicó que este era muy entregado a su trabajo, tanto que uno de sus días libres recibió el llamado de un paciente y decidió viajar desde San Anta hasta el hospital para atenderlo, sin embargo el doctor nunca llegó ya que en el camino había sufrido un trágico accidente en donde perdió la vida y desde entonces varios son los que se han encontrado con su espíritu vagando por los pasillos.
El Cura
Durante los años 90, durante una noche lluviosa, dos camilleros del Hospital, agotados del trabajo, decidieron fumarse un cigarrillo en uno de los balcones del décimo piso. Mientras ambos hablaban un poco del trajín del día, uno de ellos notó como un sacerdote vestido con sotana blanca, como si estuviera a punto de iniciar una misa, subía por la cuesta que llevaba a la morgue. Ambos, impresionados por lo que veían, siguieron con la vista al cura que poco a poco se fue desvaneciendo a la distancia. Ambos intrigados por esta extraña aparición, cuando la lluvia se calmó, subieron a la morgue para preguntar quién era ese extraño cura; pero al llegar, los encargados de la morgue indicaron que nadie había ido en toda la noche. El enigmático cura ha sido visto en varias ocasiones, siempre haciendo el mismo recorrido en dirección a la morgue.
El niño
Después de una larga jornada laboral, Jorge, quien llevaba varios años laborando como doctor en el hospital, decidió irse a su casa. Era de noche y se encontraba cruzando el pasillo para dirigirse a su auto estacionado, cuando de pronto algo jaló su bata, "doctor, ayúdeme". Era un niño de unos ocho años de edad; la criatura, que no levantaba la mirada, le pedía al doctor ayuda para encontrar su pierna. El doctor, alarmado, comenzó a mirar a varios lados para ver con quién estába acompañado aquel niño; no obstante vio que los pasillos se encontraban totalmente solos y cuando volvió a bajar la mirada, notó que de manera mágica aquel niño había desaparecido. Jorge corrió rápidamente a emergencia pediátrica y comenzó a dar la descripción de aquel misterioso niño; sin embargo, nadie lo había visto.
Jorge intrigado por lo que acababa de pasar, pensó que tal vez se trataba de alguna aparición y sin saber muy bien por qué se dirigió a la morgue. Al llegar preguntó al médico de guardia sobre aquel niño, el patólogo le indicó que curiosamente había llegado el cuerpo de un infante unas horas atrás, que había perdido la vida en un accidente de tránsito, al mirarlo Jorge se quedó frío al ver que era el mismo niño que había visto unos minutos antes. El médico notó que una de las piernas del pequeño se encontraba totalmente deformada dando la impresión que se la había amputado, Jorge recordando lo que le dijo el pequeño pidió a su compañero ayuda para poner la pierna en su lugar y acomodar así el cuerpo del pequeño, los médicos hicieron su labor y Jorge mas tranquilo, decidió por fin marcharse, pero al llegar a su automóvil vio al pequeño que a lo lejos le daba las gracias.
La enfermera
Una de las historias más comunes en los pasillos del hospital es el encuentro con la misteriosa enfermera rubia, una mujer devota a su profesión cuyo espíritu quedó vagando por los pasillos. Camareras, vigilantes, camilleros, pacientes, médicos y otras enfermeras se han encontrado al menos una vez con esta misteriosa aparición. Una noche, hace algunos años, Inés y Daniela se encontraban de guardia. Fue una noche muy poco movida; a pocos minutos de la una de la mañana llegó una mujer que acababa de dar a luz por cesárea; sin embargo llegó sin el recién nacido ni acompañantes. Las mujeres acomodaron a la paciente en un cuarto sola y decidieron esperar unos minutos antes de cambiarla. La paciente se quedó sola en el cuarto mientras las dos enfermeras hacían rápidamente su deberes, cuando de pronto Inés volvió para mirar cómo estaba la mujer y se impresionó al ver que está ya está completamente cambiada e incluso tenía las vías y el suero puesto, Inés salió del cuarto y le preguntó a Daniela si ella había cambiado a la paciente a lo que la enfermera negó rápidamente, ambas volvieron al cuarto y le preguntaron a la mujer quien la había cambiado, a lo que la paciente le contestó: "la enfermera rubia la compañera de ustedes", ambas le dieron las gracias se dieron media vuelta y en el pasillo intercambiaron miradas llenas de miedo ya que en aquella guardia no había ninguna enfermera rubia.
A principios del 2000 Marta trabajaba como camarera en el Hospital, aquel día le tocaba realizar el turno nocturno se encontraba en el piso 10 y a eso de las nueve de la noche decidió bajar a comprar un café, tomó las escaleras y al llegar al piso cinco se encontró con una enfermera, que le pidió que le dijera al vigilante que le abriera la puerta del piso ya que se había quedado atrapada, Marta que no pudo verle la cara pudo distinguir su traje de enfermera sin embargo este era muy particular ya que no se parecía al que usaban normalmente, Marta asintió con la cabeza y apuro el paso para avisar al vigilante sobre la enfermera en aquel piso, cuando lo encontró le contó lo que había pasado y este enseguida se puso pálido ya que hacía pocos minutos había hecho su ronda y se había cerciorado que en aquel piso no había nadie, además de los pacientes.
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