María Cárdenas | La Prensa del Táchira.- Durante 1981 los sancristobalenses vivieron aterrados por una banda de criminales, quienes acechaban a parejas a las afueras de las discotecas en diferentes puntos de la ciudad para luego secuestrarlas y llevarlas a zonas boscosas y lejanas para realizar todo tipo de atrocidades.
Los crímenes pasaron desapercibidos para los medios de comunicación y fuerzas policiales, hasta que el 12 de diciembre un exoficial de la Policía Técnica Judicial (PTJ) hizo público el terrible hecho que vivió junto a su esposa, la noche antes.
El expolicia contó que se encontraba compartiendo una noche romántica junto a su esposa por lo cual decidieron visitar un famoso local de la época ubicado en La Avenida Libertador, cuando la noche estaba finalizando el oficial y su esposa salieron del establecimiento en búsqueda de su automóvil; sin embargo se encontraron con un hombre quien les pidió unos fósforos y cuando el expolicía está dispuesto a dárselos, de la oscuridad emergieron cuatro hombres más y uno les apuntó con un revólver a él y su esposa, obligándolos a subir a un viejo automóvil destartalado.
Los criminales llevaron a la pareja una zona boscosa y lejana de la zona, amarraron al expolicía a un árbol, le propinaron insultos, golpes y demás humillaciones, mientras que su esposa se llevó la peor parte, ya que a solo unos pasos del policía cada uno de los cinco hombres decidió violarla. A pesar de las súplicas del oficial, la banda de sádicos no se detuvo y lo obligaron a observar el terrible acto.
Finalmente los criminales decidieron abandonarlos. La mujer como pudo, consiguió desatar a su esposo y ambos vagaron por la carretera hasta que encontraron ayuda.
Tras conocer la historia del exoficial se pudo saber que ya existían otras denuncias muy similares y la policía comenzó a realizar la cacería de la banda de depredadores sexuales, ya que en cada una de las noticias las parejas describían a sujetos similares y el mismo automóvil. Asimismo las parejas señalaban que se encontraban compartiendo en bares o discotecas de la ciudad. Una incluso explicó el horror que vivieron la noche de su primer aniversario de bodas, cuando se toparon con aquellos criminales.
La captura
Pasaron algunas semanas hasta que finalmente el 22 de diciembre la policía dio captura a cada uno de los criminales. Al parecer tras hacerse públicos los crímenes de la banda en los medios de comunicación, los criminales decidieron estar bajo perfil; sin embargo impulsados por su sadismo, decidieron cometer una nueva fechoría, pero estos no esperaban que las fuerzas policiales les seguían los pasos y a las afueras de una discoteca consiguieron apresar al grupo compuesto por cinco degenerados, liderados por alias "El Pecoso", quien además de poseer el arma era quién planeta los secuestros de las víctimas.
Días después, las víctimas debieron hacer el duro trabajo de reconocer a los criminales que finalmente fueron puestos tras las rejas.
Los datos de esta historia se encuentran resguardados en la Hemeroteca Estadal "Pedro Pablo Paredes", ubicada en la sede del Liceo Alberto Adriani en San Cristóbal.
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