María Cárdenas | La Prensa del Táchira.- La contaminación sónica y los ruidos molestos se han convertido en algo frecuente, no solo en la ciudad de San Cristóbal sino en otros municipios del estado. Los ciudadanos explican que los equipos de sonido de algunos automóviles o de algunos establecimientos recreativos llegan a niveles tan altos, que no solo no les permiten conciliar el sueño, sino que afecta completamente su salud mental y física.
Para el psicólogo Alfonso Amaya, este es un problema muy importante, ya que explica que la salud mental está vinculada con un espacio sonoro saludable. "La relación entre la salud sónica y la salud física y psicológica es muy estrecha, ya que el exceso de ruido puede afectar negativamente ambos aspectos. Algunos de los efectos de la contaminación sónica sobre la salud son los daños auditivos como sordera, tinnitus o hipoacusia. En el caso de ancianos y de niños es muy grave la hipoacusia, ya que puede afectar los niveles incluso de supervivencia", explicó Amaya.
Para algunos ciudadanos estas situaciones alteran completamente su vida cotidiana, algunos explican que no solo los priva del sueño, sino también pierden la concentración. "Es terrible, la contaminación sónica es insoportable, porque esos inadaptados colocan los equipos del carro a todo volumen, ¿cómo uno descansa? No se puede y al otro día hay que salir a trabajar y eso afecta, sobre todo cuando es algo de todos los fines de semana", indicó Yesenia Quiroz.
De igual manera Alexander Correa explica que la situación en su sector ha llegado a niveles, que ha tenido que refugiarse en algunas ocasiones en casa de familiares. "La Calle 16 es insoportable, es desesperante, las personas no tienen conciencia, no les importa, no respetan si uno está enfermo y ese ruido lo termina perjudicando a uno, porque la única opción que se tiene es irse del lugar porque nadie hace nada", señaló.
El especialista Amaya explica que este tipo de perturbación sonora altera gravemente, tanto la salud mental como física de los individuos que están expuestos a ello, lo cual no se limita solo a problemas de insomnio, estrés o ansiedad, sino también en problemas cardiovasculares y digestivos.
"La contaminación sónica produce alteraciones del sueño como insomnio, pesadillas o somnolencia diurna. También genera estrés, ansiedad, depresión, irritabilidad, agresividad o aislamiento social. En algunos casos se producen problemas cardiovasculares como hipertensión, arritmias o infartos; problemas digestivos como gastritis, úlcera o colon irritable; problemas cognitivos como pérdida de memoria, atención, concentración o creatividad; problemas de aprendizaje, rendimiento académico o laboral" explicó el psicólogo.
Asimismo, recalcó que "la salud sónica o sonora implica el respeto al derecho humano, a un ambiente sano y al disfrute de los sonidos naturales y culturales".
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