María Cárdenas | La Prensa del Táchira.- Los gritos ensordecedores de una niña de seis años rompieron la rutina de los habitantes del sector El Oso, en Lobatera, cuando la mañana del 5 de noviembre de 1971 fue encontrado el cuerpo de una anciana brutalmente asesinada.
María Patiño, una mujer de 72 años, viuda que había dedicado toda su vida a la agricultura, fue encontrada sin vida en la cocina de su casa, con golpes en diferentes partes de su cuerpo, un pañuelo atado al cuello y un barretón empapado de sangre a su lado y su vivienda totalmente destrozada. Su pequeña nieta, quien era su única compañía, fue quien dio el aviso de la muerte de su abuela.
Una comisión de la Policía Técnica Judicial se hizo presente en el lugar de los hechos, el estado en que se encontraba la casa dejó en claro que el móvil era el robo, ya que era evidente que los criminales estaban buscando algo, no obstante el ensañamiento con la anciana quien tenía el cráneo destruido, producto de múltiples golpes, desconcertaba un poco a los oficiales, quienes más tarde descubrieron que la causa de muerte de la mujer se debía a asfixia mecánica. .
Horas más tarde decidieron interrogar a la pequeña criatura, único testigo del cruel asesinato, la pequeña niña a pesar de su edad consiguió contarles a los oficiales que en medio de la noche tres hombres ingresaron en su hogar, su abuela intentó enfrentarlos con una machetilla en mano; sin embargo la mujer fue superada por fuerza y número rápidamente, la pequeña contó que la anciana fue golpeada repentinamente por los criminales y ella intentó ir en su ayuda, pero los hombres la golpearon y se la llevaron a un cuarto en donde la dejaron sola. La niña por el miedo no intentó salir y en la mañana se encontró con el cuerpo sin vida de su abuela.
Ante esto los oficiales comenzaron a investigar, entrevistaron a diferentes personas de la comunidad del Oso y de sectores cercanos y finalmente dieron en el clavo. En diferentes momentos del día jueves y la mañana del viernes fueron vistos tres hombres, un vendedor explicó a la PTJ que la tarde antes del asesinato, tres hombres compraron linternas y algunas latas de atún, un taxista explicó que en la vía hacia Colon vio a tres sujetos extraños caminando e eso de las seis de la mañana del viernes. Por suerte para los oficiales ambas personas reconocieron a uno de los sujetos y lo identificaron como Silva Mendoza, hijastro de la anciana asesinada.
La cacería
Con la identidad de uno de los posibles homicidas, fue cuestión de tiempo para los oficiales dar con la identidad de los otros dos hombres identificados como José Duran e Higinio Cardozo, ambos originarios de Lobatera. La PTJ inició un operativo policial nacional para dar con el paradero de los hombres, quienes poco a poco fueron capturados. Duran y Cardozo fueron arrestados en Santa Bárbara de Barinas mientras se escondían en una finca, mientras que Mendoza fue arrestado en Caracas, tras ser atrapado infraganti en medio de un robo.
Con los tres hombres trasladados a Lobatera los oficiales con todas las pruebas incriminatorias en su poder procedieron a interrogarlos para definir el móvil y como fue realizado el crimen.
Los hechos
Mendoza, tras pasar dos años trabajando para la anciana, decidió partir hacia Caracas, en donde entabló amistad con Durán y Cardozo. Tras varios meses de estar en la capital, Mendoza cuenta a sus amigos de la gran fortuna que tiene la anciana, ya que poseía terrenos y según él amasaba una gran cantidad de ahorros que escondía en la casa, ante esto Durán comenzó a planear el crimen, primero robaron una tienda en Caracas para tener dinero y así viajar a San Cristóbal, para no ser visto, ya que los tres eran de Lobatera decidieron quedarse en un hotel en Colón e ir a final de la tarde al Oso.
Los tres hombres compraron linternas y algunas latas de atún para cenar antes de perpetrar el crimen y ya entrada la noche decidieron aguardar cerca de la casa de la anciana; cuando se aseguraron que la mujer ya se había ido a dormir violentaron la puerta de la cocina; sin embargo los hombres no esperaban que la anciana saliera con una machetilla e intenta atacarlos. Ante esto Mendoza tomó un barretón propiedad de la mujer y le dio un fuerte golpe en la cabeza que la tumbó al suelo, en tanto Cardozo comenzó a golpearla con un leño. Tras forcejear con la mujer, la pequeña niña salió en su defensa siendo golpeada por Durán y llevada luego a uno de los cuartos lejos de la escena.
Los hombres desesperados porque la mujer no les decía dónde escondía el dinero, procedieron a golpearla con más fuerza hasta que esta les dio la llave del baúl en donde se encontraban sus ahorros; sin embargo al revisar se dieron cuenta que la mujer no tenía dinero, sino solo 150 bolívares; la desesperación de Durán lo llevó a golpear más fuerte a la mujer, ya que creía que era tan poco dinero, por lo cual con ayuda de un pañuelo comenzó ahorcarla hasta que finalmente la anciana perdió la vida.
Los datos de esta historia se encuentran resguardados en la Hemeroteca Estadal "Pedro Pablo Paredes", ubicada en la sede del Liceo Alberto Adriani en San Cristóbal.
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