Joycel Arellano| La Prensa Táchira.- La brecha cambiaria sigue presente, se ha mantenido en un 20% fijo, causando distorsiones en la economía, afectando a las empresas y a los consumidores. En el caso de la frontera no es diferente el panorama, ya que afecta el flujo del intercambio comercial en la zona, según expertos.
El economista Dilio Hernández señala que el incremento de la brecha cambiaria afecta a la economía nacional, pero también al comercio internacional. "Si la brecha entre el dólar oficial y el paralelo es muy elevada, los productos adquiridos con el primero serán más económicos y las importaciones se elevarán en proporción a la brecha, ya que el 70% de los productos que se comercializan en frontera son colombianos, por el contrario, los productos adquiridos a dólar paralelo serán más costosos y disminuirá su importación".
Hernández enfatiza que la brecha estimulará el uso del dólar en la frontera y disminuirá la del peso, siempre y cuando la devaluación del peso frente al dólar sea menor que la brecha cambiaria en Venezuela. Se estima que al final del año la brecha cambiaria se mantendrá alrededor del 20 % mientras el peso se devaluara entre 4 y 5 %.
Para Aldo Contreras, Colombia y Venezuela pasan por la misma situación, hay una depreciación, lo que conlleva a que el poder adquisitivo y la inflación de ambos lugares originen el encarecimiento de los productos y de la vida.
"Anteriormente la brecha era del 5%, con esta brecha del 23% lleva a las empresas a proteger sus costos y resguardarse para intentar no perder sus inventarios. Además conlleva a que nuevamente, en un corto plazo estemos usando más divisas que Bolívares, ya que el Bolívar retomó inestabilidad generando desconfianza" indica Contreras, además afirma que es necesaria una política cambiaria más amplia.
Limitaciones
Los comerciantes en frontera están absteniéndose de recibir y llenarse de Bolívares por la devaluación diaria que está teniendo el bolívar y por la tasa arrojada por el paralelo, explica el analista William Gómez.
"Un comerciante que usualmente recibe pagos en bolívares y convierte a pesos colombiano, luego a dólares, se abstiene de operar y recibir bolívares, ya que pierden al hacer la conversión Bolívar a Pesos y pesos a dólar".
Gómez señala que en los municipios fronterizos ya se maneja el dólar paralelo a 50 Bs. y una tasa de conversión de bolívares a pesos de 80, a diferencia de las remesas que envían de Venezuela a Colombia que arrojan un cambio a una tasa aproximada de 101Bs.
Por su parte Carlos Casanova explica que la brecha cambiaria es la consecuencia del problema inflacionario. "Estamos en un bucle, hay impacto inflacionario por la liquidez monetaria y por la brecha. El gobierno mantiene una tasa oficial para bajar la inflación, y por otro lado aumenta la liquidez monetaria para financiar las cuentas del gobierno y de esa manera aumenta la brecha".
Recalca que las distorsiones en la política monetaria se ven reflejadas en el comercio, lo que genera el conflicto vendedor- comprador.
Para José Rozo la economía interfronteriza es el reflejo del modelo económico de Caracas y Bogotá. "Este desequilibrio ha servido para que actores como la corrupción y el contrabando se nutran mutuamente, dando lugar a economías subterráneas y a la generación de subempleos que surgen de esas actividades irregulares".
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