Un patrimonio cultural de la ciudad que se cae a pedazos a causa de la falta de mantenimiento y de atención

Crédito: Karen Roa

Un patrimonio cultural de la ciudad que se cae a pedazos a causa de la falta de mantenimiento y de atención

Una plaga se come la Casa Steinvorth

Redacción | La Prensa Táchira.- Las paredes de la Casa Steinvorth, aquel espacio donde se albergan los inicios de la historia de la comercialización de la ciudad de San Cristóbal, y donde se comenzó a exportar el café y el cacao desde Táchira hacia otras naciones, están siendo devoradas por el Isóptero, mejor conocido como el comején, un insecto que ha ido deteriorando parte de las instalaciones de esta casa, la cual está ubicada en la esquina del bulevar de la carrera seis con calle ocho, del centro de la capital tachirense.

Parte de los balcones de este patrimonio cultural del estado están en el aire, sin obviar las partes que ya se han caído.

Si bien durante tres años se han venido denunciando por este medio las condiciones en las que se encuentra este baluarte histórico de la ciudad, lo cierto es que actualmente el estado de la casa, especialmente el segundo piso, es muy preocupantes. Los insectos están haciendo de las suyas y están acabando con la madera original de la casa. Si las autoridades no toman cartas en el asunto y realizan verdaderamente una recuperación de estos espacios, el estado se arriesga a perder una casa con más de un siglo de historia y que ha visto la evolución de la ciudad desde el siglo XIX.

 La historia 

En 1883, Christian Andresen Möller, un comerciante danés junto a su socio, el alemán Werner Steinvorth, construyeron en la ciudad de Cúcuta, departamento Norte de Santander la firma Andresen Möller, que se dedicaba a la exportación de productos estadounidenses y europeos. 

Para 1888, esta firma se radica en San Cristóbal con el mismo nombre, ubicándose en la esquina del bulevar de la carrera seis con calle ocho del centro de la capital tachirense. Desde entonces, se convirtió en la cuna del comercio y el surgimiento de la economía.

Esta sociedad entre ambos extranjeros sufrió varios percances, y la firma se vio afectada; sin embargo, no detuvieron sus actividades en Norte de Santander, en la frontera colombo-venezolana ni en San Cristóbal. En el año de 1899, Möller fallece en Alemania, y Werner Steinvorth toma la batuta de la casa. Según un convenio estipulado por ambos socios, si alguno de los dos llegaba a faltar el que estaba vivo debía tomar la sociedad, desde entonces el nombre oficial fue Casa Steinvorth. 

Años más tarde, ante la muerte de su dueño y la toma de sucesores la casa llegó a ser Banco de Maracaibo, la residencia de las hermanas salesianas que también dieron inicio a las actividades del Colegio María Auxiliadora. Este antiguo espacio siempre estuvo relacionado a la actividad económica. Actualmente, se encuentra rodeado de puestos de ventas de ropa, artesanías y demás productos. En sus instalaciones aún se conserva parte de las escaleras de la antigua casa, la baldosa de arcilla de la entrada es la misma de la construcción de 1883.

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