María Cárdenas | La Prensa del Táchira.- En la esquina de la Calle 4, a solo unos pocos metros del Palacio de Los Leones, se encuentra un terreno baldío que hoy se usa como estacionamiento; sin embargo muy pocos saben que en ese mismo lugar existió la casa de uno de los personajes históricos más polémicos del estado, el General Eustoquio Gómez.
La figura de Eustoquio siempre ha generado controversia en la entidad, odiado por uno y admirado por otros, pero lo cierto es que el General mientras fungió como Presidente del Táchira entre 1914 y 1925 realizó grandes cosas, la construcción de la Gobernación o Palacio de los Leones y el antiguo Hospital José María Vargas, son algunos de sus legados; no obstante la ciudad perdió un tesoro histórico con la demolición de la que fue su casa mientras vivió en San Cristóbal.
La casona, que reposaba solo a unos metros del palacio, siempre fue rodeada por una ola de misterio debido a la reputación del General. Muchos relatos que quedaron en la memoria tachirense hablan de los túneles secretos bajo los cimientos de la casona, los cuales servían como vía de escape para Eustoquio ante cualquier eventualidad. Sin embargo esto está muy alejado de la realidad, puesto que historiadores aseguran que esto de hecho no sucedió. Si bien existe una red de túneles bajo la ciudad, cuya función es servir como acueductos, no hay pruebas de que el General construyera uno bajo su hogar. Además los expertos señalan que ante el carácter valiente de Eustoquio, el tipo de construcciones como vías de escape no eran propias de su personalidad.
Otro de los famosos mitos que rodean esta vieja casona, que ya no existe, es que el General tenía escondido un tesoro. Según la oralidad tachirense, mientras unos obreros se encontraban haciendo el trabajo de demolición de la antigua casa, en los años 80, se encontraron con una tinaja repleta de morocotas; el encuentro con el tesoro fue tan impactante que los obreros decidieron huir abandonando las máquinas de trabajo. Sin embargo según los expertos, esto es solo parte del imaginario colectivo.
La única verdad detrás de todos estos acontecimientos es que en 1985 se cometió uno de los mayores atropellos para la historia tachirense, cuando la casa de Eustoquio Gómez fue derrumbada. El valor histórico de esta era incalculable, ya que marcaba la era de oro de la Plaza Sucre, en donde no solo estaba instalado el General y su familia, a sus alrededores vivían los hombres de confianza y las máximas autoridades del estado, como el Coronel Francisco Cárdenas y el Coronel Eloy Montenegro, encargado de la seguridad pública.
Con la demolición de la casona el Táchira perdió un baluarte histórico, que hoy en día es solo un vulgar estacionamiento; no obstante en las antiguas fotografías aún se puede apreciar lo imponente que era la casa, lo importante que fue y sobre todo la figura del hombre que la habitó durante más de una década.
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