Ana Uzcátegui | La Prensa Táchira.- Más de seis librerías en el centro de Barquisimeto tuvieron que visitar los esposos Lina Arráez y Víctor Cabrera para dar con un libro de inglés de tercer año de bachillerato para su hijo. Lo encontraron a un precio de 20 dólares, después de tanto caminar. La escasez de textos escolares es notoria. Hay librerías que sólo venden artículos de papelería, cuadernos, témperas, pero nada de libros porque alegan que las editoriales han ido desapareciendo. Julio Mazparrote, vicepresidente de la Cámara Venezolana de Editores (Camveneditores), informó que en el país se imprimen al año entre 700 mil y 800 mil libros escolares. Una cifra ínfima si se compara con la producción que tenía Venezuela en 2012, antes de la contracción económica donde se fabricaban 14 millones de textos anualmente.
«Estamos produciendo alrededor del 10% de los libros que se vendían en el pasado. Lo que más se está fabricando son libros para preescolar, lo que llamamos fungibles, que son para rayar, pintar. Y también ejemplares para primaria. Pero hay algo importante que resaltar, sólo estamos cubriendo la demanda de los colegios privados que concentran aproximadamente el 20% del universo estudiantil de Venezuela», así lo resaltó Mazparrote, quien también es presidente de la Cámara Venezolana del Libro (Cavelibro).
Explicó que son muy pocos los libros que se fabrican para estudiantes de bachillerato. «Básicamente, debido a la crisis económica que existe en el país los padres y docentes buscan obtener versiones gratuitas de estos libros por internet, pero no es la mejor opción porque los contenidos en la web no están clasificados ni nivelados para cada estudiante, pero esto termina siendo una salida ante el bajo poder adquisitivo», comentó. Asimismo, el tiraje de cada edición ha bajado. Antes las imprentas producían hasta 6.000 ejemplares por edición, ahora entre 1.000 y 2.000. Al haber baja oferta los precios se incrementan.
El sector privado no atiende la demanda de textos escolares de la educación pública, porque desde 2011 el Gobierno se encargó de distribuir la Colección Bicentenario y se decretó una prohibición para que las editoriales lo fabricaran.
«Antes de que surgiera la Colección Bicentenario, la dotación de textos escolares en escuelas públicas era realizada a través de licitaciones de gobernaciones, alcaldías, los contratos colectivos de grandes empresas como Pdvsa, la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), incluso empresas privadas que incluían dentro del pago de los empleados la dotación de textos escolares. También el Ministerio de Educación hacía esa adquisición», comunicó.
Eso hacía que este sector económico se mantuviera activo, aportando al Producto Interno Bruto (PIB). Pero con la crisis que inició en 2013 y se agravó en 2017 cuando Venezuela entró en hiperinflación, terminaron desapareciendo el 70% de empresas editoriales. De 25 que dominaban el mercado sólo quedan ocho en la actualidad. Una de las que queda operando y cubre buena parte de la demanda es la transnacional Grupo Santillana.
Mazparrote informó que desde 2018 se paralizó la dotación de libros de la Colección Bicentenario en los planteles públicos, y aunque el Ejecutivo nacional dictó lineamientos para la impresión de textos recientemente para que volviera el libro impreso en las escuelas, esto no se ha concretado.
«Los argumentos que han dado desde el Ministerio de Educación, porque nos hemos acercado ofreciendo nuestra experiencia, nuestros libros, es que no hay presupuesto para dotar a cada niño, y estamos hablando de siete millones de libros que se requieren. Sabemos que la dotación de ejemplares en el sector público se da por algunos planes que mantiene la Unicef en Venezuela, que destina fondos para dotar con libros las zonas más vulnerables en estados como Zulia, Apure, Amazonas, Delta Amacuro, pero son cantidades muy modestas», apuntó.
Denuncian plagio de Textos
Desde 2023, el sector ha denunciado que algunas librerías o comercios informales están vendiendo libros que son fotocopiados de mala calidad y que terminan siendo un plagio. La piratería ha ido aumentando sin que las autoridades la frenen.
Ventas de textos están bajas
Una caída bárbara en ventas de textos escolares registran los dueños de librerías en el centro de Barquisimeto este año. «La adquisición de útiles ha estado muy lenta. Los padres prácticamente dejaron para la última semana de septiembre estas compras», expresó Rosa Mascareño, cuyo negocio está ubicado en la carrera 21 con calle 23.
Los libros de preescolar tienen un precio a partir de 255 bolívares o el equivalente a 6.9 dólares al tipo de cambio oficial. Mascareño estima que comprar la lista de útiles completas para un niño de educación inicial puede salir en más de 50 dólares. Algunos padres calculan que han hecho un gasto entre 120 y 150 dólares. Víctor Cabrera, que se dedica al comercio, prefirió comprar los útiles de sus hijos por parte y no dejarlos para última hora.
En el caso de la Librería Vogue, ubicada en la carrera 21 con calle 19, Yuli Delgado, propietaria, contó que desde hace más de seis años dejó de vender libros escolares. «Cuando las empresas editoriales comenzaron a cerrar y los pocos vendedores que quedaron dejaron de hacerlo por consignación, es decir, poder pagar después de vender los ejemplares, allí tomé la decisión de no vender más textos», comentó.
Domingo Mogollón es dueño de una librería en la carrera 19 con calle 23 e informó que en los últimos días los padres acuden preguntando por textos de la editorial Maletín, pero la distribución se hizo con retraso y muy pocos ejemplares disponibles para la venta.
«Las librerías están solicitando textos escolares en las editoriales para cubrir las demandas en el mercado. Sin embargo, si comparamos las ventas que teníamos para esta misma época del año pasado, pareciera que este año va a ser lento, o con pocas ventas», explicó Julio Mazparrote, vicepresidente de la Cámara Venezolana de Editores (Camveneditores).
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