Ana Uzcátegui | La Prensa Táchira.- El arranque de un nuevo lapso académico en las universidades autónomas y experimentales de Venezuela se inicia con grandes retos y dificultades. La comunidad académica sigue registrando un presupuesto irrisorio para su funcionamiento que no supera el 10% en lo que va de año que acentúa la crisis universitaria que vive el país .
Servicios como el comedor, transporte y biblioteca están clausurados en la mayoría de las casas de estudio, y temen un número mayor de deserción estudiantil y de profesores al no haber cambios en las políticas de Estado ni en la economía que los haga esperanzarse de un mejor salario y oportunidades profesionales a futuro.
Según Carlos Meléndez, director del Observatorio de Universidades (OBU), en Venezuela no existen cifras oficiales actualizadas de la matrícula universitaria. El informe más reciente lo dio a conocer el Ministerio de Educación Universitaria el 30 de marzo de 2022, allí se señala que en 2008 el país tenía 2.165.997 bachilleres inscritos en educación superior, pero en el 2022 había 499.840 menos estudiantes. Eso representa una deserción de 23%, según datos oficiales. Pero declaraciones que hizo el rector de la Universidad de Los Andes (ULA), Mario Bonucci, en 2021, indicaron que en esta universidad el 60% de los estudiantes habían abandonado las aulas de clases.
«Una reducción de la matrícula similar ocurre en la Universidad del Zulia (LUZ) y en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), que ronda entre el 40 y el 50%», así lo detalló Meléndez en una entrevista transmitida el lunes 23 de septiembre en el noticiero matutino de Televen, en el que reveló que las condiciones de falta de personal y estudiantes es aún peor en la Universidad de Oriente (UDO) y la Universidad Nacional Experimental de Guayana, donde los profesores suelen hacer menos de tres comidas al día porque sus salarios no les alcanza, deben caminar más kilómetros para llegar a sus puestos de trabajo ante la falta de transporte universitario, y tiene la peor conexión a internet, por lo que la mayoría de las clases son presenciales sin poder ofertar la modalidad virtual.
Destacó que en Iberoamérica, un informe de universidades realizado por la Organización de Estados Iberoamericanos registran un crecimiento de la matrícula universitaria del 37% este año, mientras que en Venezuela los números de deserción estudiantil no mejoran. Además, según datos de OBU, el abandono estudiantil en las universidades privadas ronda el 60%.
José Gregorio Alfonso, presidente de la Asociación de Profesores de la UCV, cataloga de «sombrío» el arranque del nuevo lapso académico. Datos del año 2023 dan cuenta que la matrícula estudiantil en la primera universidad de Venezuela se ubicó en 20.496 jóvenes inscritos, mientras que en el inicio del milenio esta alma mater tenía 58.000 estudiantes en pregrado.
«Estamos seguros que la tendencia es a la baja. La reducción de la matrícula estudiantil ha sido un fenómeno que se ha expresado especialmente en coyunturas donde hay enormes expectativas de cambio político y de una nueva perspectiva para el país. Cuando estas no se concretan no es sólo la universidad la que se vacía, en buena parte del país los jóvenes se van, emigran», expresó.
Causas de la crisis universitaria
Un informe de Aula Abierta en 2019, titulado: «Universidades vacías: el drama de la deserción estudiantil», señala que Venezuela comenzó a registrar la retirada de buena parte de sus estudiantes en el año 2018. Las principales causas de este drama se relacionan con la crisis de los servicios estudiantiles. Lo primero que ocurrió fue la reducción del porcentaje de autobuses que cubrían el servicio de transporte.
La UCLA cuenta con uno o dos autobuses prestando servicio en la actualidad. De acuerdo con Rubén Albornoz, presidente de la Asociación de Trabajadores (Ataucla), cada ruta en el pasado tenía dos autobuses. Iban hacia Tarabana, el Obelisco, el centro de Barquisimeto, incluso los núcleos de los municipios Morán y Torres contaban con transporte cubriendo todos los horarios.
Según contó a La Prensa la doctora Rita Áñez, rectora de la Universidad Nacional Experimental Politécnica «Antonio José de Sucre» (Unexpo), en esta academia el servicio de transporte dejó de funcionar hace varios años. En su entrada se pueden observar una cantidad de unidades obsoletas, accidentadas y arrumadas que no están funcionando porque el presupuesto no alcanza.
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