María Cárdenas | La Prensa del Táchira.- Para los habitantes de La Ermita, El Calvario es un lugar santo, el cual se creó en 1872 para recordar a los fieles, el sitio donde Jesucristo fue martirizado. Sin embargo muy pocos saben los secretos que este guarda, como cuando en su entrada, una mujer se enfrentó con el mismo diablo.
Una de las leyendas que rondan el santificado lugar es la historia de Emérita; no se sabe con exactitud qué año fue, pero se estima que se trataba de los años 50?. A dos cuadras de El Calvario, Emérita tenía su humilde casa, una mujer trabajadora que se dedicaba a vender prendas de ropa, especialmente aquella confeccionada en el vecino país. La mujer acostumbraba a madrugar cada día y a pesar de su amor al trabajo duro. Emérita tenía un gran defecto. Era sumamente mezquina, no solo no le gustaba ayudar al prójimo, sino que tampoco se ayudaba así misma, ya que solo gastaba en lo necesario, llegando a descuidar, no solo su hogar sino su aspecto físico.
Muchos se sorprendían al ver su aspecto, ya que la mujer era muy buena en los negocios y conseguía ganar grandes sumas de dinero. Ante esto, muchos habitantes de la zona llegaron a pensar que la mujer era practicante de la magia negra; sin embargo nada estaba más alejado de la realidad.
El encuentro
Un día Emérita decidió salir más temprano de lo habitual, quería preparar todo para iniciar la venta desde las seis de la mañana, por lo cual salió de su casa antes de las cuatro. Ya en la calle, la mujer sintió que el clima no era normal, una espesa niebla invadía el lugar, no se veía absolutamente nada y de la nada empezó a sentirse nerviosa. Mientras caminaba a lo lejos empezó a escuchar cascos de caballo, que parecían venir de la carrera 1, en otras circunstancias la mujer no se asustaría de esto; sin embargo los sonidos de los cascos no eran normales, en momentos parecían estar a kilómetros de distancia y otras como si solo se encontrará a unos pasos.
Emérita aceleró su andar, pero la niebla no le permitía ver lo que tenía enfrente y de pronto cuando se encontraba a solo una cuadra del mercado, de una esquina salió la figura de un hombre con sombrero que vestía un liqui liqui blanco y sobre los lomos de un caballo. La mujer lo miró a la cara y solo pudo vislumbrar una mueca malévola, con la que se podían ver los dientes de oro. Aterrorizada quedó perpleja ante la aparición de la criatura que enseguida comenzó a reír con malicia. Ante esto Emérita arrancó a correr calle arriba, gritando: ¡El diablo!, ¡el diablo me persigue! No obstante su voz se perdía entre la espesa niebla y a pesar de gritar con todas sus fuerzas, nadie parecía oírla.
La mujer que aún escuchaba las risas combinadas con los cascos del caballo sentía que se iba a desvanecer, cuando de pronto a lo lejos vislumbró la cima de El Calvario, allí donde se encuentra la cruz se encontraba totalmente iluminado y guiada por la luz consiguió llegar a sus escaleras en donde cayó de bruces y rogó a Dios que la salvara de tan espantoso espectro y solo segundos después perdió el conocimiento.
Unas horas más tarde varios vecinos encontraron inconsciente a Emérita y la auxiliaron, le dieron aguamiel y atendieron sus raspones, además le hicieron compañía tras el incidente. La mujer contó a los vecinos su extraño encuentro con aquel ser, y nadie dudó de su palabra ni mucho menos del poder de El Calvario. Dicen que la actitud de la mujer cambió tras el suceso, cuidó más de sí misma y de hogar y sobre todo ayudaba al prójimo.
Hoy en día muy pocos saben de Emérita y de su historia, incluso algunos sancristobalenses desconocen El Calvario, un lugar santificado levantado hace más de 150 años.
Algunos datos de esta historia fueron tomados del libro Leyendas del Táchira de la escritora Lolita Robles de Mora, quien se encargó de resguardar la tradición oral de los mitos y leyendas que envuelven cada rincón del estado Táchira.
Descarga nuestra app aquí o escanea el código QR