Marlyn Pernia | LA PRENSA DEL TÁCHIRA.- El estadio y espacio deportivo Ali Ramírez Roa, en Cordero, municipio Andrés Bello, no cumple con las condiciones idóneas para que los niños de la localidad realicen sus practicas deportivas, ya que los huecos en la grama artificial limitan su desempeño en los entrenamientos.
El profesor Javier Molina de la escuela infantil Cordero Sport denuncia el abandono en que se encuentra el campo deportivo. "Desde hace 8 años que el campo deportivo en el que hacen vida instituciones deportivas y ciudadanos en general, no recibe ningún tipo de mantenimiento".
Señala que se hace tiempo se robaron implementos del campo deportivo, como fue el cableado que daba electricidad a las torres de iluminación; "desde hace 5 años que no se realiza ningún torneo en el campo porque se robaron el cableado que daba luz a las torres, se robaron pocetas, lavamanos de los camerinos, así como se perdieron dos motores de bombas".
Desde que asumió la actual alcaldesa Nuvia Criollo, no se ha realizado mejoramiento de la instalación que ha servido como punto de encuentro en actividades religiosas, culturales y educativas. "En el campo hacen vida también escuelas y liceos del municipio que no tienen con canchas, así como planes vacacionales y actividades religiosas".
"Se han acercado durante años el IDT, realizando reuniones que al final no han logrado llegar a ningún acuerdo, también el ministerio del Deporte, un representante del Gobernador Freddy Bernal se acercó y más recientemente el jugador Ángel Padrón, con la iniciativa de recuperar el campo, pero nadie ha hecho nada" expresa.
En el campo hacen vida una escuela de kikimbol, dos escuelas de futbol, una escuela de Béisbol, una escuela de softbol y dos equipos de Kikimbol, por lo que en las condiciones en que se encuentran muchos han tenido que entrenar en Táriba o buscar alternativas, como es el campo deportivo de la Escuela de Formación de la Guardia Nacional. "En muchas ocasiones deben cancelar sus entrenamientos porque en la escuela de Guardias no les prestan el campo, afectando su formación deportiva".
Carmen Guerrero, habitante y madre de dos jóvenes que entrenan en el campo deportivo comenta que "esto no solo afecta a los niños en su desempeño deportivo, sino a los habitantes y comerciantes de la zona, ya que la actividad comercial bajó, pues las escuelas y equipos no entrenan como antes o incluso ya no entrenan aquí".
Así mismo "los niños se ven en riesgo de lesiones, mi hijo que entrena béisbol por agarrar la pelota, no vio hacia atrás y se cayó, menos mal y no pasó nada grave, es que el suelo está totalmente desnivelado, es piedra con trozos de grama artificial, los niños y jóvenes están entrenando en condiciones no aptas, por lo que se pide y solicita que se haga la grama natural como refiere el profesor Molina".
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