Un romance terminó en tragedia en un motel de la Zona Industrial de Paramillo en el mes de mayo del año 2000

Crédito: Karen Roa

Un romance terminó en tragedia en un motel de la Zona Industrial de Paramillo en el mes de mayo del año 2000

Tragedia en Paramillo: Joven pareja pacta la muerte

María Cárdenas Camacho | La Prensa del Táchira.- Corría el mes de mayo del año 2000 cuando en un motel ubicado en la Zona industrial de Paramillo se escucharon varias detonaciones producto de un arma fuego, el recepcionista del lugar se acerca al lote de cuartos y justo a las afueras de la habitación número 07 una joven grita por auxilio, a sus espaldas un hombre sostiene un arma y dispara nuevamente ante la mujer quien finalmente cae, el hombre se retira de regreso al cuarto y se escucha la última detonación.

El administrador del hotel, tras la sangrienta escena, llamó a la policía y a los paramédicos, ya que la joven permanecía con vida. Los cuerpos de seguridad se hicieron presentes en la escena, la mujer identificada como Leyda Castillo de 21 años fue trasladada al Hospital Central de San Cristóbal, en donde perdería la vida tres días después a causa de las dos heridas de bala que le propinó su novio, Pablo Largo de 27 años, quien se quitó la vida minutos después de efectuar el segundo disparo a su pareja.

Los oficiales rápidamente comenzaron a recolectar evidencia para esclarecer los hechos, si bien en primera instancia se manejaba la hipótesis de crimen pasional, este cambiaría drásticamente al encontrar unas cartas entre las pertenencias del joven en el motel, las cuales demostraron que ambos habían pactado para morir aquel día.

Los hechos

Leyda y Pablo eran dos jóvenes estudiantes del Instituto Universitario de Tecnología (IUTEPAL), ella en la carrera de administración y él en computación. La pareja se había conocido hacía un poco más de un año en el centro educativo en donde congeniaron rápidamente, ya que ambos venían de Valencia y vivían residenciados en la región.

Ambos jóvenes iniciaron una relación sentimental, no obstante Pablo tenía un serio problema con las drogas con el cual lidiaba desde hace años y lo hizo perder sus estudios universitarios en Canadá, su familia lo trajo de regreso a Venezuela para luego enviarlo a San Cristóbal en donde su condición al parecer empeoró. Ante esto, la familia de Leyda desaprobaba totalmente su relación con Pablo e insistían que ambos debían separarse, cosa que se negaron a hacer.

Finalmente las presiones familiares fueron tan fuertes que ambos jóvenes tomaron la decisión de quitarse la vida. Pablo se encargó de buscar el arma de fuego, una pistola calibre 7.65. Ambos acordaron faltar aquel miércoles 10 de mayo a la universidad y buscaron un motel en Paramillo, al cual llegaron a tempranas horas de la mañana. El recepcionista contaría más tarde a los oficiales, que la pareja llegó en un taxi y no parecían tener nada fuera de lo común, parecían una pareja corriente.

Si bien no hay certeza sobre lo que sucedió en el cuarto del motel durante las últimas horas de vida de la pareja, la policía terminó por deducir que los jóvenes prepararon todo, comieron, bebieron un poco y dejaron listas las cartas en donde relataban por qué estaban realizando aquel pacto suicida. No obstante, la policía presume que probablemente Leyda se arrepintió en último momento y no quiso seguir con el plan, cosa que Pablo no aceptó propinándole el primer disparo en el abdomen. La joven salió de la habitación número siete y a pocos metros de la puerta gritó por auxilio; el recepcionista que estaba cerca de la escena vio como Pablo disparó nuevamente, el hombre cruzó miradas con el tirador y le dijo que la joven ya estaba sin vida que se calmara; sin embargo, Pablo no lo escucho, ni siquiera lo miró y entró nuevamente en la habitación para disparate en la cabeza, poniendo fin a su vida en aquel cuarto.

Si bien Leyda consiguió sobrevivir a los dos disparos, perdió la vida en el centro asistencial tras luchar durante tres días y tras ser intervenida quirúrgicamente en dos ocasiones.

Las cartas de los jóvenes fueron encontradas horas más tarde del suceso, estas se encontraban entre sus pertenencias y estaban dirigidas a familiares de ambas víctimas, en ellas señalaban que no iban a poder estar juntos debido a la repulsión de la familia de su novia, además indicaba que tras lo sucedido en Canadá, casi toda su familia lo había alejado y cortaron todo el apoyo.

Sin drogas

Debido al problema del joven con las drogas, mientras se investigaba el crimen muchos aseguraban que Pablo se encontraba bajo los efectos de estas, además otros señalaban que en la habitación habían sido encontradas agujas y sustancias ilícitas, aludiendo que tanto el joven como Leyda se encontraban totalmente drogados.

Sin embargo, las investigaciones policiales y los exámenes toxicológicos, tanto al cuerpo de Leyda como Pablo arrojaron negativo, asimismo los oficiales señalaron que en el cuarto solo fueron encontradas tres latas de cerveza vacías, dos de refresco y una caja de pizza, las cuales fueron consumidas por los jóvenes aquel fatídico día; por lo cual todo apunta a que los jóvenes se encontraban totalmente lúcidos al momento del suceso.

Por otro lado la policía nunca logró determinar de dónde Pablo había sacado el arma, no obstante el caso se calificó por parte del Cuerpo Técnico de la Policía Judicial como "pacto mortal de amor", ya que las cartas encontradas revelaron que ambos habían premeditado los hechos.

La comunidad universitaria de la ciudad se enlutó ante el terrible final de la pareja del IUTEPAL, quienes fueron llevados por sus familiares hacia Carabobo para darles santa sepultura.

Los datos de esta historia se encuentran resguardados en la Hemeroteca Estadal "Pedro Pablo Paredes", ubicada en la sede del Liceo Alberto Adriani en San Cristóbal.

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