Redacción | La Prensa Táchira.- Propietarios de distintos negocios de comida rápida que operan en la ciudad de San Cristóbal, alegan que los últimos llenados suministrados por Gas Táchira para el sector comercial, no son suficientes debido a la tardanza entre jornada y jornada, por lo que se ven obligados a pagar el doble del precio original, para así mantener sus negocios en el mercado.
Ante esta situación, los comerciantes han optado por recurrir a revendedores y mercado negro, pese a tener que pagar el doble, reiteran que es la única manera de seguir operando.
Claudia Lobo, propietaria de un local de comida rápida en el sector Barrio Sucre, afirma que desde el día dos de junio, la comisión encargada de surtir gas comercial en la entidad, no volvió a realizar jornadas de llenado.
"El 18 de junio anunciaron una jornada especial que se realizó en La Concordia, pero casi nadie pudo llenar, porque para ese momento, ya en muchas partes carecían de gas y la jornada colapsó y mucha gente no pudo llenar sus cilindros", denunció.
Afirma también que para la temporada de vacaciones, las ventas fluctúan, pero en el caso de su establecimiento, ha presentado bajas en las ganancias, principalmente porque deben pagar el gas a precios muy elevados.
"Comprar el gas revendido es algo que nos toca hacer obligatoriamente porque el gas es como la base de nuestro negocio. Es por eso que nos toca paga el precio que nos exijan", enfatizó, al tiempo que resaltó una subida considerable en el precio del gas fuera de las jornadas, aunado A esto, en varias ocasiones ha tenido que esperar hasta dos días para recibir su cilindro lleno, debido a la demanda de peticiones por parte de otros comerciantes que presentan la misma carencia.
"Una bombona de 43 kilogramos, con buena afluencia de clientela los fines de semana, dura alrededor de un mes, si se ahorra cerrando la llave en momentos en los que el local no tiene clientes y cerrando la llave al mínimo, la bombona podría mantenerse hasta un mes más", recomienda la comerciante.
Respecto a si la escasez de gas, de alguna manera ha propiciado a que muchas personas recurren a su negocio a comer, y asegura que muchos prefieren sacar nuevamente las cocinas eléctricas que tenían guardadas, para preparar sus alimentos en casa, pues reconoce que comer en la calle regularmente, es un gasto considerable que, según su criterio pudiera ser usado para cubrir otras necesidades.
Por otro lado Vicente Albarracín, quien se dedica a la venta de empanadas y pasteles por las mañanas, asegura que desde mayo, en dos oportunidades ha tenido que cerrar su negocio por falta de gas, ya que depende prácticamente de las jornadas comunales que realizan en su sector.
Ante la espera por la jornada de llenado de cilindros, Albarracín tuvo que recurrir al mercado negro para obtener el gas líquido para una bombona de 18 kilogramos, si bien, esta bombona originalmente tiene un costo de 18 mil pesos por jornada comunal, tuvo que pagar 75 mil pesos.
Ante esta situación, aseguró que su hijo le regaló una cocina eléctrica, que usa para preparar los guisos de las empanadas, y en algunas ocasiones para freír los pasteles y empanadas, para así preservar la duración del gas, única y exclusivamente para el uso de la vitrina calentadora.
"No es mucho lo que se gana, porque todo se me va en gas, pero gracias a Dios no han vuelto a quitar la luz, y así puedo usar la cocinita eléctrica sin ningún problema", dijo.
El comerciante relató que anteriormente, también vendía hamburguesas y perros calientes por las tardes, pero en vista de la carencia de gas, decidió continuar solamente con la venta de pasteles y empanadas, y para evitar tener que cerrar y paralizar su oficio, se ve en la obligación de pagar el doble para poder mantener a flote su emprendimiento.
Descarga nuestra app aquí o escanea el código QR