Niños y niñas que por circunstancias de la vida han tenido que permanecer en situación de orfandad o mendicidad han encontrado una segunda oportunidad para integrarse a la sociedad

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Niños y niñas que por circunstancias de la vida han tenido que permanecer en situación de orfandad o mendicidad, han encontrado una segunda oportunidad para integrarse a la sociedad

Educación y valores: misión de los refugios que brindan cobijo 

Redacción | La Prensa Táchira.- En Táchira varias organizaciones y personas, con el propósito de servir e inculcar valores, se han centrado en la misión de brindar una segunda oportunidad para aquellos niños, niñas y adolescentes que, por alguna razón, y con una cantidad incalculable de causas como la pobreza, se vieron obligados a vivir a la intemperie, y que hoy en día se vislumbran como parte del futuro del país, según los mismos activistas.

Tal es el caso de "Buscando a Jesús en las calles", una iniciativa que surgió hace aproximadamente 30 años por parte de Mariela Sifontes, quien paso a paso ha ido trazando un largo camino lleno de oportunidades y futuro, especialmente para adolescentes masculinos.

Acepta que no todos los jóvenes que han pertenecido a la casa hogar, han tomado el camino del bien, sin embargo, reconoce que muchos de los ingresos se deben a jóvenes que se iniciaron en el mundo de las drogas y la delincuencia, y ha sido un arduo trabajo, poder rescatarlos.

La activista se siente orgullosa de decir que uno de "sus muchachos", como cariñosamente los llama, actualmente es sacerdote salesiano, y de su grupo actual, todos están estudiando.

"Es increíble el poder que tiene Dios, porque cuando se le murió la mamá, lo único que hacía era andar de autobús en autobús, todo el día hasta que el chofer guardaba el carro", enfatizó, al momento de sentirse orgullosa de uno de los jóvenes que actualmente hace parte del refugio, y que para ese momento atravesaba por una fuerte depresión. Fue gracias a una señora de Santa Ana que lo llevó hasta el refugio.

Desde sus inicios, la Casa Hogar ha amparado  alrededor de 150 jóvenes, algunos decidieron tomar el camino del bien y otros decidieron volver a las calles. Pero para Sifontes le es gratificante saber que su obra ha ayudado a muchos jóvenes que actualmente ya son adultos y han formado una familia, han obtenido un título universitario, o han decidido seguir sus pasos para dedicarse al servicio y a la caridad.

Actualmente, la casa hogar alberga a 12 adolescentes entre 13 y 18 años, todos varones.

Sifontes asegura que el Táchira está bajo la misericordia de Dios. "Es increíble que los tachirenses no dejan morir a nadie, una señora nos ha traído cartones de huevos desde hace dos años, y aunque aquí actualmente tenemos escasez de proteína, nunca nos falta porque siempre hay alguien que nos sustenta y nos tiende la mano"

Educación y valores desde cero

"Violetas y Ratones" y "Brisas del Torbes" funcionan como refugios para niñas y niños respectivamente, ambas instituciones se encargan de ayudar a aquellos infantes en riesgo de padecer daños físicos y psicológicos, ya sea en el hogar o por su condición de orfandad.

En el caso de "Violetas y Ratones", alberga a niñas de cero a siete años de edad, y luego de este ciclo, son remitidas a la Casa Abrigo "Corazones Nuevos", asilo en el que recibirán parte de la formación, educación y preparación para la adultez.

Entretanto, la Casa Abrigo "Corazones Nuevos", ubicada en el Barrio El Lobo en la parte alta de la ciudad, brinda y garantiza el bienestar integral para aquellas niñas y adolescentes que, por diferentes motivos como maltrato, abuso y situación de pobreza, son resguardadas e internas en dicho recinto bajo los parámetros legales y por orden de un tribunal.

Actualmente de 15 a 20 jóvenes femeninas de siete a 18 años de edad, reciben el apoyo por parte de la institución, trabajadoras del recinto, comentan que el grupo de jóvenes, está siendo instruido a nivel educativo, algunas de ellas, están por culminar su bachillerato, mientras que otras reciben capacitación a nivel técnico.

Alimento espiritual

Por otra parte Pan de Vida, iniciativa consolidada por el Párroco Iván Jaimes, además de brindar alimento a personas de edad avanzada que se encuentran en situación de calle y necesidad económica en gran parte del estado Táchira, también brinda asistencia a niños y adolescentes con desayunos y almuerzos que son dispensados de lunes a viernes en las instalaciones de la casa parroquial de la Iglesia del Divino Redentor en la Unidad Vecinal.

Jaimes subraya que los niños que acuden por las comidas, provienen de familias muy pobres, así como aquellos que se encuentran en situación de miseria y que muchos de ellos fungen como limpiabrisas en las principales avenidas de la ciudad.

"Con los niños es un caso muy especial porque en ellos no solamente los ayudamos con la comida que llena, sino también con los valores y ese alimento espiritual", recalcó el activista.

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