Redacción | La Prensa del Táchira.- Este jueves, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) realizó una exhortación pastoral de cara a las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio en Venezuela, en la que compartieron reflexiones en torno al hecho político, la profundización de la democracia y la participación del pueblo en el acto electoral. En el documento emitido, señalan el proceso electoral como "atípico", debido a que a "no hay igualdad de oportunidades para todos".
Recomiendan que es necesario para la paz ciudadana, que cese la persecución y el hostigamiento a quienes facilitan instrumentos necesarios para las concentraciones y la libertad de movimiento de candidatos. "Es desleal y falta de toda ética política lo sucedido hasta ahora" aseveran los obispos.
"Al pueblo venezolano se le presenta una nueva oportunidad para tomar decisiones a través del voto consciente y libre que produzca una reforma profunda de la democracia, de la sociedad civil y de la calidad de vida. Esto implicaría cambios en los ámbitos económicos, sociales, políticos, institucionales, culturales y éticos. Para ello, es fundamental realizar una evaluación sensata de la realidad actual con su problemática, y valorar la capacidad real de cada uno de los candidatos para resolver estos problemas con los instrumentos democráticos a disposición" dice parte del comunicado, notificado por monseñor Juan de Dios Peña Rojas.
En el texto, la CEV recordó que durante los últimos años, el país ha experimentado "un deterioro constante en los sistemas educativo, alimentario, de salud, de servicios públicos, de participación ciudadana, de justicia y de libertades".
"Esto se ha agravado debido a que muchas de sus instituciones se han transformado en autorreferenciales, sirviendo solo a una parcialidad política. De igual forma se ha debilitado la participación ciudadana, que todos estamos llamados a reconstruir" agrega.
Además, instó al Consejo Nacional Electoral (CNE) a ejercer "su autonomía e independencia, como uno de los poderes del Estado, y vele por un acto electoral ajustado a la Constitución Nacional y normas electorales".
La Iglesia católica venezolana insistió en que el 28 de julio será una fiesta democrática, tanto en Venezuela como en el resto de países donde se encuentran los migrantes que ejercerán el sufragio "con la esperanza de volver a reunirse con sus seres queridos en una patria que les abra las puertas al desarrollo y a la felicidad".
"A pesar de las trabas que van apareciendo, es necesario superar las sombras de los profetas del desaliento, cuyo mensaje hasta ahora ha sido: 'nada se puede hacer', 'nada cambiará'" sentencian.
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