Redacción | LA PRENSA DEL TÁCHIRA.- Gracias a la disposición y generosidad de algunas organizaciones sin fines de lucro, en Táchira se ha hecho posible que, a través de comedores populares; hombres, mujeres y niños de distintas edades y de bajos recursos, puedan acceder a un plato de comida, pese a aquellos factores económicos que les impide costear su alimentación.
Son variadas las causas que conllevan a las personas a permanecer en situación de calle, lo cierto del caso es que, tanto adultos como niños, diariamente acuden a ciertos puntos de la ciudad, donde reciben desayuno, almuerzo y en algunos casos la cena. También personas cuyos ingresos le son insuficientes para abastecer su cesta alimentaria, asisten por víveres que son donados en caridad.
Tal es el caso de la Casa Hogar "Medarda Piñero", ubicada en el Centro de San Cristóbal, según su directora, Sor Dolly Aristizábal, pese a que esta institución brinda alojamiento a los desamparados, día a día recurren personas de diferentes edades para recibir desayuno y almuerzo.
Afirma que diariamente la institución dispensa de 70 a 100 desayunos y almuerzos a quienes recurren de manera voluntaria. De igual manera sostiene que son muchas las personas que actualmente se encuentran en estado de mendicidad, situación que se hace notar con las colas que se forman diariamente en horas de desayuno y almuerzo a las afueras de la Casa Hogar.
"Aquí vienen muchas mujeres embarazadas, señoras mayores que sus familias las abandonaron y están deambulando por el centro, pero los que últimamente acuden por comida son los muchachitos que limpian vidrios en las avenidas, y aquí se les da su comidita", añadió Aristizábal.
"Todo esto es posible gracias a las donaciones que hace la gente de buen corazón, nosotros acá subsistimos gracias a los aportes que trae la gente", dijo y recalcó que cuando hay disponibilidad de ropa, calzado y medicinas, también son donados a personas en situación de calle que no habitan en el refugio.
Pan de vida
"Pan de vida" es una iniciativa que surgió hace 21 años, de la mano de Iván Jaimes, Párroco de la Iglesia Divino Redentor en La Unidad Vecinal, cuya misión es ayudar a aquellas personas que, por muchas razones, tuvieron que terminar en la mendicidad y no cuentan con los recursos para poder mantenerse.
"Todos sabemos que muchas de las personas de la tercera edad, son profesionales, pero por la situación país, lo que ganan ya no les alcanza, por lo que se han visto en la necesidad de acercarse a estas casas de alimentación, para que le ayudemos si quiera con la comida", destacó Iván Jaimes, párroco y fundador, e indicó que también brindan ayuda a niños de familias muy pobres, así como aquellos que actualmente se encuentran en situación de calle, trabajando en las avenidas o pidiendo ayuda.
"Con los niños es un caso muy especial porque a ellos no solamente los ayudamos con la comida que llena, sino también con los valores y ese alimento espiritual", dijo.
En el caso de San Cristóbal, la institución opera en Barrio Obrero, Barrio Libertador, Centro de San Cristóbal y Unidad Vecinal, así como también cuentan con una sede en La Tendida, municipio Samuel Darío Maldonado.
Por otro lado, en La Concordia, el voluntariado reparte en varias zonas como el Hospital Central, Seguro Social y Terminal de pasajeros, puntos clave donde hay más presencia de personas en condición de mendicidad. Cabe destacar que, en la sede de la Unidad Vecinal, 100 niños reciben diariamente, desayuno, almuerzo y cena.
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