Medio centenar de personas fueron enterradas en las denominadas fosas de la muerte

Crédito: Karen Roa

Medio centenar de personas fueron enterradas en las denominadas "fosas de la muerte"

¿Qué pasó con los cuerpos en fosas comunes en el cementerio?

María Cárdenas | La  Prensa del Táchira-. Una madrugada quedaron al descubierto los terribles hechos que ocurrían dentro del cementerio municipal de San Cristóbal; vecinos cercanos al camposanto observaron horrorizados como sepultaban una gran cantidad de cuerpos desnudos en fosas comunes.

Corría el mes de enero de 1991 cuando vecinos de la comunidad de Puertas de Sol denunciaron los horrores que sucedían en el cementerio municipal. Un lugar creado para el descanso eterno de los tachirenses se convirtió en un centro de hacinamiento, corrupción e ilegalidades, en donde, según los testimonios de los ciudadanos, constantemente eran enterrados cuerpos sin identificar en diferentes fosas durante altas horas de la noche.

Cuando se hicieron públicas las denuncias, el alcalde de la época se hizo presente en el lugar, decretando una pronta intervención al cementerio y el inicio de las investigaciones policiales para determinar la veracidad de dichas denuncias. Solo unos días después fueron descubiertas dos fosas comunes en las cuales estaban enterrados cerca de 50 cuerpos completamente desnudos.

Al mirar los registros no se encontraba pista alguna de donde salieron estos cadáveres, ya que no estaban presentes en los ingresos de cuerpos sin reclamar de la morgue del Hospital Central; por lo cual no se tenía conocimiento alguno de las identidades de los cuerpos que descansaban uno sobre otros en las denominadas "fosas de la muerte".

Concejales de la de la época señalaban que las irregularidades cometidas en el cementerio eran de suma preocupación, ya que en los últimos años habían recopilado una serie de denuncias de ciudadanos que iban a sepultar a sus familiares y se encontraban con la sorpresa que su tumba había sido ocupada y ahora con el conocimiento pleno de las "fosas de la muerte" era necesaria una investigación a fondo de lo sucedido , ya que la anarquía en el lugar era más que evidente.

Corrupción

Diferentes hipótesis rondaban en torno al suceso, algunos señalaban que se trataba de víctimas de bandas criminales de la época, quienes pagaban a los sepultureros del camposanto para ocultar las evidencias. Sin embargo, la policía no encontró muchos indicios que apuntaran hacia la presencia de bandas criminales operando en el cementerio.

Por otro lado, otros señalaban que este era un caso de corrupción muy complicado en el cual se encontraban involucrados diferentes organismos de la ciudad, desde los sepultureros, administradores del cementerio, funerarias, sanidad e incluso trabajadores de la morgue.

Aparentemente, años antes del descubrimiento de las fosas, diferentes negocios se habían formado en torno al cementerio, los ataúdes para los cadáveres sin reclamar en la morgue eran reutilizados para no hacer uso de los proporcionados por el gobierno, para luego así venderlos al mejor postor o simplemente repartir el dinero que llegaba para su compra; puesto que en la época proporcionaban 1.700 bolívares para la compra del cajón por cada cuerpo sin dolientes.

Además existían denuncias de que algunas parcelas fueron desocupadas antes de tiempo. Los sepultureros se deshacían de los cadáveres aún en descomposición para revender los huecos, todo esto en complicidad con los administradores del cementerio y diferentes funerarias de la ciudad. De igual manera, otros denunciaron que hacían uso indebido de sus parcelas familiares, ya que cuando iban a realizar un entierro se encontraban con el sitio ocupado.

Sin respuesta

Con la destitución de los encargados del cementerio, la policía inició la tarea de identificar al medio centenar de cuerpos hacinados en las fosas; sin embargo, poco éxito se tuvo en esta misión, ya que el grado de descomposición era alto y además la falta de documentos, tanto en el cementerio como en la morgue del Hospital Central, dificultaron el procedimiento, ya que ninguno de los casos se encontraban registrados.

Unas semanas después con la nueva administración trabajando en el cementerio y con la recopilación de pruebas y pistas de la Policía Técnica Judicial (PTJ) sobre los cuerpos, finalmente se les fue dado un descanso digno a los cadáveres sin identidad, con el debido proceso, pero sin ningún nombre.

A pesar de que el alcalde hizo una visita pública al lugar, ordenó la destitución de los administradores e indicó a los medios que las investigaciones serían exhaustivas hasta apresar a los culpables, pero poco se supo del caso.

Miembros de la comunidad, concejales y medios de comunicación pedían un pronunciamiento de las autoridades, pero hubo un silencio sepulcral por parte de las mismas, las cuales se negaban a dar declaraciones sobre lo sucedido en el cementerio.

Las semanas fueron pasando y cada vez eran menos las noticias que se tenían sobre las "fosas de la muerte", a pesar de las presiones constantes, continuaba el hermetismo dentro del cuerpo policial.

Finalmente, pasaron varios meses y el caso no fue mencionado nuevamente, no hubo culpables ni una declaración oficial por parte de las autoridades y el caso de las "fosas de la muerte" fue olvidado y engavetado.

Los datos de esta historia se encuentran resguardados en la Hemeroteca Estadal "Pedro Pablo Paredes", ubicada en la sede del Liceo Alberto Adriani en San Cristóbal.

Descarga nuestra app aquí o escanea el código QR

Otras Noticias