Francisco Hinojosa (Pasante) | La Prensa del Táchira.- Debido a la falta de recursos por parte del Estado llevar a cabo la escolaridad se convierte en un arduo reto para los estudiantes y no tener que abandonar las aulas, sobre todo cuando los beneficios estudiantiles, que en otrora solventaban sus necesidades, hoy están inactivos en casi en todas las universidades públicas, afirma Omar Pérez Díaz, vicerrector decano de la ULA - Táchira
La Universidad de Los Andes (ULA), y la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET), figuran como las instituciones universitarias más importantes de la entidad, precisamente por la proyección de sus egresados y por ser referente en calidad académica.
Si bien, ambas instituciones contaban con beneficios como el servicio de comedor, asistencia médica y rutas de transporte local y foráneo, destacando las más importantes, actualmente sus estudiantes se adaptan a la dinámica de "tener que pagar para poder estudiar" y así avanzar en sus carreras satisfactoriamente, pese a la dificultad por la que atraviesa el sistema educativo.
Según el Observatorio de Universidades (OBU) el 56% de los universitarios trabajan para poder costear gastos básicos como alimentación, traslado y gastos personales.
Georlly León, presidente de la FCU UNET, asume que, para suplir estos beneficios se ven obligados a sincronizar estudios con trabajo y así pagar transporte, comida, fotocopias e impresiones y, en muchos casos alojamiento.
En vista que el comedor estudiantil dejó de operar desde 2017, los estudiantes optan por comidas dentro de la institución. León reitera que es una buena opción pues son comidas "resueltas" que varían desde 1 a 2 dólares a diferencia de los precios afuera.
"Aquí hay un señor que vende almuerzos, son bien resueltos y vienen con sopa y bebida, de igual manera puedes conseguir pasteles en 2.000 pesos y con bebida en 2.500". Destaca que a pesar de no contar con comedor, muchos estudiantes también decidieron abrir sus emprendimientos de comida.
En el caso de las residencias, León comenta que hay sitios donde aceptan hasta 4 estudiantes por una mensualidad que varía entre 100 y 150 dólares en gastos divididos.
Por otra parte, Alexa Guerrero, estudiante de Música, vive residenciada y paga 90 dólares cada dos meses; para ella esta opción le favorece pues tiene la posibilidad de cubrir otras necesidades con lo que pagaría en otro sitio. Además alega que muy rara vez hace uso de las pocas rutas de transporte que operan, por lo que debe pagar diariamente entre 10 y 15 mil pesos.
Guerrero dice: "En mi carrera sacamos hasta 90 hojas en copias, gastamos hasta 30 mil pesos diarios, y eso sin contar cuadernos, lapiceros y otros útiles", destacando que es un gasto indispensable para poder costear su carrera.
En el caso de Carlos Celis, estudiante de Contaduría Pública en la ULA, reside en Táriba y diariamente debe gastar 10 mil pesos ante la ausencia de rutas hacia dicha zona, gastando alrededor de 120 mil pesos mensuales solo en pasajes. Para acortar gastos decide almorzar tarde, cuando sale del recinto.
Ricardo Delgado, estudiante de Educación Básica Integral, dice que la ULA no cuenta con las rutas necesarias. "En mi clase, muchos compañeros llegan tarde porque deben agarrar hasta dos autobuses para llegar, sobre todo los que viven lejos", dice.
Sin embargo, afirma que el "horario mosaico", no sólo beneficia a los profesores sino que también permite a estudiantes realizar otros trabajos extras en horas no presenciales, pues es una alternativa para no tomar la decisión de abandonar las carreras.
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