Joycel Arellano| La Prensa Táchira.- La frase nada que celebrar el día de las madres, queremos nuestros hijos, es el clamor de Esperanza de Madre, un grupo de mujeres quienes desde hace años viven con el dolor de la desaparición de sus hijos, aseguran que no tienen nada que celebrar el día de las madres y que su mejor regalo sería verlos volver.
Tal como el nombre del comité, a pesar del tiempo, estas madres no pierden la esperanza de volver a ver a sus hijos, indican que su sentir es indescriptible y que sus vidas son una agonía constante debido a la incertidumbre de no saber qué sucedió con sus familiares.
Cada circunstancia en la que desaparecieron estas personas, marcan la vida de sus familias que diariamente se dedican a realizar esfuerzos para lograr conseguir alguna respuesta de lo sucedido.
"No tengo paz mental desde que mi hija desapareció"
Para Lulú Barrios, ya suman seis años sin celebrar un día de la madre "Para mí no habido día de la madre después que mi hija se desapareció, no he tenido tranquilidad, vivo en zozobra, imagínese todo lo que se le puede venir a una madre a la cabeza, ya mi hija en el mes de julio cumple seis años, es un desespero, una angustia, es algo terrible, eso no se le desea ni al peor enemigo, a nadie"
Desesperación
Con gritos de dolor, Lisbeth Zurita, dice que quiere a su hijo de vuelta, "Te amo y donde quieras que estés Dios te bendiga" explica que su hijo desapareció en Cúcuta que regresaría a Venezuela por los lados del Puerto de Santander en el año 2019 y desde entonces no sabe nada, indica que regresaba al país luego de cinco meses de trabajar en las Minas de Inírida, Municipio Guanía Colombia, debido a que no le fue bien por eso decide regresar, cuando llegó a Cúcuta perdieron todo rastro de él.
Zurita afirma que la vida cambia por completo, que nada es igual y todo se vuelve gris, el dolor es una constante en su vida "Son muchos años de dolor, ya no sabemos ni qué hacer ni a dónde acudir, tengo cinco años esperando que las autoridades me den respuestas"
"Si me lo mataron lo acepto, pero quiero cerrar este ciclo"
El hijo de Zenaida Basto, Antonio Gabriel Colmenares Basto, tenía 20 años cuando desapareció en San Cristóbal, en el Terminal, cuando cumplía su jornada laboral, se dedicaba a hacer carreras en su carro para poder llevar el sustento a su hogar, luego de una llamada para que realizara un servicio, desapareció y sus familiares no supieron más de él desde el 17 de Julio de 2019 a las 5.30 de la tarde.
"No importa si me lo mataron lo acepto, lo acepto, pero que aparezca quiero cerrar este ciclo son cinco años en esta lucha, cinco años de desesperación, sin saber dónde está, si comió, si está vivo o enfermo, si necesita algo, es muy fuerte lo que estamos pasando".
"Yo le hice la última llamada a esa hora, él estaba normal, me dijo a las seis de la tarde yo voy subiendo mamá, yo llegue a las siete y no había llegado, empecé a llamarlo y repicaba y no contestaba, a las 10.15 de la noche apagaron el teléfono, no supimos más nada".
Basto explica que para ella no hay día de la madre, no es igual sin él, "Él era uno de los hijos que me llevaba el desayuno a la cama, no volvieron a haber más desayunos, ni abrazos, ni besos, ni detalles del Día de la Madre y eso me hace falta, no se imaginan cuánto".
"Buscando el sustento para sus hogares"
El caso más reciente, es el que tiene la familia Useche Tarazona, su hermana Lisbeth Useche, explica que su hermano Gerson, desapareció junto a dos compañeros de trabajo, entre la población de El Nula y La Victoria.
"Es una noticia que uno nunca espera recibir como familia, no pensamos vivir esta situación, todos trabajando, buscando el sustento para sus hogares, trabajando honradamente para una fundación de ayudas benéficas, impensable que pudiéramos pasar por esto, hemos ido a todos los organismos, hemos denunciado también del lado colombiano, porque donde ellos desaparecieron es frontera con el Departamento de Arauca Colombia y pues hemos hecho todo lo posible para dar con su paradero, hace un año y tres meses de su desaparición y no hay muestras ni razón de ellos, la desesperanza para este día de las madres nos embarga, el dolor de cada familia es indescriptible, no hay un día que estas madres no lloren por esta situación"
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