Por los títulos de unas tierras fueron brutalmente asesinadas a hachazos tres personas

Crédito: Karen Roa

Por los títulos de unas tierras fueron brutalmente asesinadas a hachazos tres personas

El escalofriante caso de las hermanas asesinadas en Pregonero 

María Cárdenas | La Prensa del Táchira-. El 19 de febrero de 1969 ocurrió uno de los asesinatos más brutales de la época, cuando en una pequeña aldea de Pregonero, se encontraron en una vivienda los cuerpos de tres personas asesinadas de una manera brutal, sangrienta y despiadada.

Las autoridades se hicieron presentes en la pequeña aldea llamada "Laguna de García" y se encontraron con la macabra escena. En la cocina reposaba en un charco de sangre el cuerpo de Julia García de Noguera, quien apenas pudo ser identificada debido a que fue asesinada a hachazos en su cara; en los cuartos de la morada se encontraba aún en la cama los cuerpos de María de la Paz de 50 años (hermana de Julia) y José Noguera (hijo de Julia) un joven sordo mudo de 22 años de edad, ambos asesinados de la misma manera que Julia.

En primera instancia, la Policía Técnica Judicial (PTJ), pensó que todo había sido obra de forajidos, debido a la manera violenta de atacar a las mujeres y además se presumía que el robo fue móvil del crimen, ya que, un baúl ubicado en la cocina en donde fue encontrado el cuerpo de Julia se encontraba violentado. Según palabras de los propios habitantes de la aldea, se sabía que ambas hermanas eran pudientes, por lo cual las averiguaciones iniciaron.

Pocos metros fuera del hogar se halló el arma homicida. El hacha, aún con restos de las personas asesinadas, estaba a unos 80 metros de la casa, cosa que resultó extraña para las autoridades del caso. No pasó mucho tiempo cuando los agentes empezaron a manejar otras hipótesis, puesto que ninguna de las entradas a la residencia fue violentada, otros objetos de valor permanecieron en la casa y, además, algunos vecinos vieron marchar del lugar en horas muy tempranas de ese 19 de febrero, al hermano mayor de las víctimas, Román García.

Sospechosos

Cuando los agentes de la PTJ fueron a la casa del hermano mayor de Julia y María, se encontraron la esposa de este lavando una camisa ensangrentada, cuando se le interrogó a García por qué la prenda está bañada en sangre, señaló que se debía a que había matado un cochino; no obstante, esta versión cambió dos veces debido a que su esposa indicó que se debía a que una de las vacas se había herido. Esta actitud sospechosa y su historia llena de contradicciones despertaron sospechas en los oficiales que arrestaron en el acto a García.

De igual manera, los oficiales detuvieron a los dos hijos del hombre, Miguel Ángel y Rafael. El primero se encontraba en la casa junto a su padre, mientras que el segundo fue detenido mientras intentaba llegar a San Cristóbal. Con los tres hombres detenidos en la sede de la PTJ, los interrogatorios iniciaron, pero los campesinos se negaban a hablar.

Pocos días después de los asesinatos, el esposo de Julia, que se encontraba fuera del estado por motivos de trabajo, fue el punto clave para hacer hablar a los acusados. El hombre explicó a los oficiales que su esposa Julia había discutido durante las últimas semanas con Román, debido a que el padre de éste dejó la herencia de unas tierras únicamente a nombre de las hermanas, puesto que ellas se dedicaron a cuidarlo en su vejez y Román lleno de resentimiento exigía a las hermanas que le dieran una parte, no obstante Julia se negó rotundamente.

Noguera explicó que los títulos de las tierras se encontraban dentro del baúl violentado de la cocina, lo cual descartó totalmente que el hecho fuera obra de bandidos ajenos a la familia, puesto que no se llevaron ninguna otra cosa de la casa.

Los hechos

Los oficiales, ya con la información, presionaron a los acusados, quienes finalmente comenzaron a hablar. Según las investigaciones policiales y confesiones de los sospechosos, los hermanos Manuel y Rafael fueron los únicos involucrados en el triple homicidio, librando de toda culpa a su padre Román.

Según la policía, Miguel, el mayor de los hermanos habría dormido en la propiedad de las víctimas la noche anterior y fue quien abrió la puerta a Rafael alrededor de las cuatro de la mañana de aquel 19 de febrero, cuando Julia se disponía a iniciar sus labores, de manera despiadada atacaron a la mujer propinándole múltiples hachazos en su cara cuando estaba en la cocina. Tras asesinarla procedieron a ingresar en el cuarto de María y José, quienes aún se encontraban durmiendo y sin ninguna clase de contemplación les dieron muerte en su propia cama.

Tras cometer el crimen, robaron las escrituras de las tierras que se encontraban en el baúl y procedieron a huir abandonando el arma homicida a unos pocos metros de la propiedad. Uno de los hermanos se refugió en la casa de sus padres, mientras que el otro huyó por Boca de Grita para tomar la carretera a San Cristóbal, en donde luego fue arrestado.

Pese a que Román, hermano mayor de las víctimas, habría tenido acaloradas discusiones con sus hermanas desde que se dio a conocer la decisión de su padre, de dejarle la herencia completa a las mujeres, fue puesto en libertad por la PTJ; mientras que sus hijos fueron enjuiciados por el triple asesinato despiadado, motivado por la ira y venganza al no poder poseer unas tierras valoradas en 10 mil bolívares.

Los datos de esta historia se encuentran resguardados en la Hemeroteca Estadal "Pedro Pablo Paredes", ubicada en la sede del Liceo Alberto Adriani en San Cristóbal

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