María Cárdenas Camacho | La Prensa del Táchira-. El sonido de dos detonaciones y un hombre herido de muerte pidiendo ayuda conmocionaron a la comunidad de La Concordia en la noche del miércoles santo de 1973.
El 18 de abril de 1973 se presentó un enigma en la ciudad de San Cristóbal, cuando pasadas las once de la noche los vecinos de La Concordia se percataron de dos detonaciones y vieron a un hombre con un tiro en el estómago saliendo de la casa del matrimonio López Ortiz, pidiendo ayuda e instantáneamente desplomándose en el sitio, para morir a los pocos minutos. Mientras que dentro de la casa, en la habitación principal, yacía el cuerpo sin vida de Fanny López, de 19 años, con un disparo en el pecho y el arma homicida descansando a su lado.
Rápidamente la noticia corrió como pólvora en el sector y empezaron a señalar culpables, siendo el esposo de Fanny, Horacio López, quien era funcionario de la DSIP, el principal sospechoso. Familiares y vecinos de la víctima indicaron que el hombre estuvo en la escena del crimen; no obstante la Policía Técnica Judicial (PTJ), nunca detuvo al hombre, a pesar de que el arma homicida fuera su revólver de servicio.
El suceso
Los hechos fueron los siguientes: Horacio, quien aseguraba tener una guardia nocturna en el departamento de la DSIP, visitó a su esposa Fanny con quien tenía dos hijos, a las 8:15 pm; esta le avisó que saldría más tarde a pasear a los pequeños por los alrededores del Hospital Central. Según lo que cuenta Horacio, Fanny le pidió su arma de reglamento, puesto que esta había escuchado que había ladrones entrando a las casas y quería sentirse segura durante la noche.
Horacio le dejó su arma de reglamento y abandonó su hogar; a eso de las 12:15 se enteró que su esposa estaba muerta y nunca abandonó la sede de la DSIP, puesto que sufrió de un ataque de nervios, así lo corroboró, tanto su jefe como demás compañeros; versión que negaron vecinos de la comunidad y familiares de Fanny, quienes alegaron verlo pocos minutos después de los homicidios.
Una semana después de los homicidios, Horacio, quien nunca fue detenido, fue defendido en una rueda de prensa realizada por la PTJ y DSIP, donde indicaron que a pesar que no tenían un móvil claro, todo se trataba de un homicidio-suicidio orquestado por Fanny.
Celos
Aparentemente la joven que creció en el Barrio Alianza, tenía un amigo de la infancia identificado como Moncada, cuya presencia siempre molestó a Horacio, quien debido a la cercanía entre ambos hizo que la mujer se mudara con él a La Concordia para que dejara de seguir frecuentando a este hombre.
No obstante, la noche del fatídico miércoles santo, Fanny salió a pasear a los niños, como dijo a su esposo, y en el Hospital se encontró a Moncada, quien estaba cursando sus estudios de bachillerato, y estaba repasando algunas materias.
Ambos fueron hasta la casa de Fanny y la mujer envió a los niños con su madre al cuarto posterior de la casa, mientras que ella y Moncada bebían algo de ron. Según la policía, indican que Fanny, al enterarse que Moncada tenía una nueva novia, sacó el revólver de su esposo para amenazarlo, pero se le escapó un disparo y al ver lo que había hecho, se llevó el revólver a su pecho y se suicidó.
Incógnitas
Sin embargo muchas cosas no concordaban, puesto que el hecho de que oficial dejará su arma reglamentaria a su esposa, resultaba extraño. Señaló que esto fue un grave error, pero el hombre quería que su esposa se sintiera segura; los dos disparos fueron hechos rápidamente según testigos, y la blusa con la que fue encontrada Fanny no presentaba un orificio de entrada de proyectil. La PTJ indicó que esto se debía a que la mujer puso el arma debajo de la blusa, también se encontraron rastros de pólvora en ambas manos de la mujer.
Por otro lado están los testigos quienes señalan que vieron a Horacio en la escena del crimen. Un vecino quien fue el que se comunicó con las autoridades en el momento del hecho, asegura que escuchó dos detonaciones, se asomó por la ventana y pudo ver a Moncada pedir ayuda, entró a su casa y llamó a la policía. Cuando volvió a asomarse divisó a Horacio en la entrada de la casa.
A pesar de los testimonios, la DSIP seguía asegurando que Horacio nunca estuvo en el lugar y además señalaron que él no pudo perpetrar el crimen, puesto que un hombre entrenado como lo era, jamás habría dejado escapar a Moncada de su casa, malherido.
Asimismo, los oficiales señalaron que el funcionario llevaba un matrimonio aparentemente feliz, sin ningún tipo de dificultades, y recalcaban que toda la situación fue orquestada por su difunta esposa.
De igual manera, vecinos y familiares de Fanny indicaban que la pareja vivía momentos complicados y usualmente discutían, especialmente, por a la amistad que esta sostenía con Moncada.
Si bien la familia de Fanny siempre luchó para que se esclareciera la verdad sobre el homicidio de su hija, esto nunca sucedió, ya que el caso fue cerrado y catalogado como homicidio-suicidio a la semana del hecho ocurrido en la casa número 12-27 de la vereda 2 bis de La Concordia.
Los datos de esta historia se encuentran resguardados en la Hemeroteca Estadal "Pedro Pablo Paredes", ubicada en la sede del Liceo Alberto Adriani en San Cristóbal.
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