Joycel Arellano| La Prensa Táchira.- Los ancianatos de la ciudad de San Cristóbal no escapan de las vicisitudes que se presentan a raíz de la fallas de los servicios públicos en el estado, más aun cuando se trata de la atención de los adultos mayores quienes constantemente necesitan cuidados especiales para satisfacer requerimientos propios de la tercera edad, por lo que la falta de los servicios básicos como agua y luz complican la realización de las actividades diarias.
Sor Dolly Aristizábal, se encuentra al frente de la Casa Hogar Medarda Piñero y califica la situación que viven allí con la falla de los servicios de horrible, indica que los abuelitos no pueden bañarse en la ducha, sino con tobos y les cuesta por la edad. "Tenemos que guardar agua en cada pote que tenemos, a veces llamamos a Hidrosuroeste o Bomberos para que nos ayuden a solventar el tema del agua, debemos economizarla, algunos abuelos no pueden bañarse con agua fría y hay que calentarles el agua"
La casa hogar tiene 47 años de fundada se mantiene con la caridad de las personas, allí viven poco menos de 30 personas que son mendigos de la calle a los que les han dado un techo, allí nadie paga por los cuidados y atenciones recibidas, todo se hace por colaboración de las personas y de los abuelos que están sanos y pueden colaborar con la limpieza y el mantenimiento del lugar, incluso tienen horario con las actividades asignadas. Hay instituciones que les prestan alguna ayuda, pero es esporádica por lo que no cuentan con algo fijo, ni en alimentos, ni medicinas, ni para cubrir cualquier otra necesidad en la casa hogar.
Además no solo proporcionan alimentos para quienes viven allí, sino que también hay ancianos que llegan a medio día a buscar almuerzo, de manera que la atención asciende a unas 70 personas diarias.
Sor Dolly indica que realmente la institución es llevada por la mano de Dios. "Aquí siempre nos está entrando comida, colaboraciones de las personas e instituciones públicas y privadas"
La situación es similar, en el geriátrico Padre Lizardo que aunque los familiares suelen coordinar una colaboración con la institución, también se ven afectados por las fallas de los servicios.
Rita Sánchez quien es directora del lugar asegura que hay que desarrollar capacidades para poder resolver al momento de que se presentan las fallas de servicios. "Los adultos mayores son como niños, ellos no entienden por qué no hay luz, ellos creen que uno les apagó el televisor, para muchos esa es la única distracción"
Indica que a través de la empresa privada y la alcaldía lograron instalar cuatro tanques para poder mitigar las fallas de agua y garantizarles la higiene y confort a quienes allí habitan. "Tengo 24 adultos mayores que son de pañales, si o si hay que atenderlos porque si no los problemas de la piel no se hacen esperar, tenemos entonces que ingeniárnosla para que ellos mantengan su higiene"
Comenta que tienen estos tanques aéreos, cuando llega la electricidad encienden la motobomba se llenan los tanques y ahí logran tener agua para 24 horas, economizándola.
Sin luz
Sor Dolly comenta que en la Casa Hogar Medarda Piñero la luz es intermitente, por lo que al igual que muchos ciudadanos debido a los cortes de luz constantes y los bajones se les han dañado electrodomésticos. "El motor del cuarto frío se dañó y es costoso repararlo".
Para Rita Sánchez, directora del Padre Lizardo, el tema de la electricidad es más complicado debido a la atención que ameritan los abuelitos, asistencia y tratamiento casi las 24 horas. "Al tener adultos mayores con pluripatologías, complicados con tratamiento día y noche, entonces tenemos que acudir a bombillos recargables, linternas, celulares, lo que representa un riesgo al administrar un tratamiento por ejemplo, tenemos que resolver".
Poseen una planta eléctrica pero es pequeña y la utilizan para licuarles la comida a algunos ancianos.
Sánchez cataloga los cortes de luz como cortes emocionales que los afectan; explica que "la impotencia de no poder garantizarle tranquilidad a una población vulnerable, es complicado, ellos se alteran también con esta situación"
Las complicaciones del estar sin luz son muchas, asegura Sánchez. Se exponen a caídas, muchos al estar oscuro y no poder levantarse se orinan en la cama, entonces ya allí hay que lavar ropa sin luz ni agua y bañar al abuelito para asearlo y si no hay electricidad tiene que ser con agua fría, por lo que ellos se quejan y hasta lloran"
Finalmente, estos lugares avocados al cuidado de las personas de la tercera edad se ven afectados en mayor medida por las fallas de los servicios, se ven obligados a reestructurar todos los horarios de las actividades, tanto de quienes laboran como de los abuelitos que hacen vida allí para poder cumplirlas.
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