María Cárdenas | La Prensa del Táchira-. Durante los últimos meses, el racionamiento eléctrico ha venido en aumento, lo cual ha afectado la vida diaria del tachirense y sobre todo en el sector comercial, puesto que muchos negocios dependen completamente de la energía eléctrica las 24 horas, como es el caso de las carnicerías.
Dado que los cortes diarios superan las diez horas sin luz, el trabajo de los carniceros de la ciudad de San Cristóbal está cada vez más cuesta arriba, los cortes eléctricos no solo generan grandes pérdidas en mercancía, sino también grandes gastos en compra de plantas eléctricas y en la reparación de enfriadores y cuartos fríos los cuales quedan inutilizables debido a las constantes fluctuaciones eléctricas.
"Se nos dañó el cuarto frío, el motor se fundió y reparar el daño nos costó casi 1500 dólares", explicó Luis Conde, quien señala que debió vender una moto para poder reparar el artefacto que es elemental para conservar la carne, ya que al no poseer planta eléctrica el cuarto frío es su mejor opción para que la carne no se pudra.
Si bien las plantas eléctricas son buenas opciones para luchar contra los cortes de luz y así no perder la mercancía, lo cierto es que para conseguir mantener en funcionamiento un enfriador de carne es necesario tener una planta de muy buena calidad que genere la electricidad suficiente para lograr congelar, lo cual además de ser costosas, ya que sus precios superan los mil dólares, mantenerlas activas sugiere un gasto muy alto en el estado.
"Todo está muy cuesta arriba, la luz nos afecta en todos los sentidos, intentamos trabajar con la planta, pero se ha convertido en gasto muy fuerte, ya que diariamente gastamos en promedio 120 mil pesos en gasoil, casi el sueldo de un carnicero", señaló Marisol Ramírez, quien además indicó la fragilidad de muchos productos como los son la charcutería que es muy susceptibles a los cambios de temperatura y se daña fácilmente.
A todas estas afecciones se suma el racionamiento de agua, la cual es muy necesaria en este tipo de establecimientos. "Esto nos afecta en todos los sentidos hemos perdido mucha mercancía, los equipos están propensos a dañarse, a la hora de cobrar se caen los puntos y a esto se suma la falta de agua; nosotros tenemos que mantener el local limpio y a veces pasamos días sin agua y tenemos que buscar por todos lados para poder solventar", indicó Yulimar Bustos.
Ante esta situación muchos carniceros de la ciudad han tenido que reducir la cantidad de reses que venden en un día a casi un 50% con el miedo de esta pueda dañarse y así no tener pérdidas monetarias. Muchos indicaron que además los clientes están optando solo por comprar lo que van a consumir durante el día, puesto que debido a los cortes, las neveras no consiguen congelar los alimentos.
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