María Cárdenas Camacho | La Prensa del Táchira.- Tras una noche de tragos y fiesta, habitantes del sector Pata de Gallina - vía Rubio, quedaron consternado tras conocerse el macabro crimen de un peluquero que asesinó a su esposa y maquilló la escena para confundir a la policía.
El martes 25 de noviembre de 1997, Obed Alfonso Leal llamó a las autoridades, puesto que su esposa Rosa yacía sin vida en el lecho matrimonial. Leal, profundamente afectado, indicó a las autoridades que su esposa probablemente habría sufrido un accidente cerebrovascular (ACV), producto de un medicamento que debía ingerir, ya que sufría de la tensión alta. Con los frascos de pastillas en las manos, Leal acompañó el cuerpo de su esposa al Hospital Central para que le realizaran la autopsia y poder darle sepultura.
Sin embargo, la fachada del esposo consternado se caería completamente cuando, en medio de la autopsia, se descubrió que la mujer no habría sufrido ningún ACV, sino que su muerte se debía a dos disparos en la cabeza. Acto seguido, oficiales de la PTJ detuvieron a Leal en el centro asistencial, mientras que una patrulla se dirigía al hogar del matrimonio para iniciar la investigación.
Maquilló la escena
Leal que se dedicaba a la peluquería al igual su esposa, consiguió confundir a las autoridades a primera vista, ya que en su hogar no había indicios de que ningún hecho violento se habría efectuado, no obstante al iniciar una investigación a fondo, los detectives se encontraron con el colchón y sábanas bañados en sangre, los cuales incriminan a Leal; asimismo la PTJ encontró una pistola calibre 38 escondida en un zapato, a la misma le hacían falta dos proyectiles en su cartucho los cuales habrían sido usados para asesinar a Rosa. Además, se encontró un carnet de detective privado que pertenecía a Leal, quien aparentemente, aparte de ser peluquero, se desempeñaba como agente.
De igual manera se descubrió que la muerte de la mujer no habría sido el martes como dijo Leal, sino que Rosa había muerto el lunes en horas de la madrugada. Según las primeras declaraciones el peluquero indicó que tras la fiesta celebrada el domingo, bebió demasiado y perdió la conciencia esa misma noche y cuando despertó se encontró con Rosa en un charco de sangre a su lado.
Lean explicó que Rosa se había suicidado y él, preso del pánico y del escándalo social que este hecho podría tener entre sus allegados, la bañó, vistió y maquilló, para hacer pasar la situación como una muerte natural. Además, se encargó de limpiar en profundidad la escena.
El asesinato
Si bien Leal se apegaba la historia del suicidio esto no parecía convencer a los oficiales, los cuales tras investigar entre los vecinos del sector en donde vivía la pareja descubrieron que a pesar de verse como un matrimonio normal y feliz, la noche del 21 de noviembre ambos estaban bebiendo en una fiesta y cuando la reunión terminó y los invitados se fueron retirando del lugar algunos se percataron que Leal y Rosa entraron en una discusión. No obstante, nadie esperaba que todo terminara con la muerte de la mujer.
Asimismo la PTJ tras analizar los impactos de bala en el cuerpo de Rosa consiguieron determinar que era casi imposible, debido a los ángulos que ella misma tomara el arma y se suicidara. Ante esto los oficiales empezaron a presionar a Leal hasta que confesara la verdad.
Tras las presiones de los oficiales el hombre explicó que tras discutir con Rosa, esta se quedó dormida y él se quedó en la habitación jugando con el revólver y debido a lo mucho que había bebido se quedó dormido y en algún momento su arma se disparó dos veces de manera accidental en la cabeza de su esposa, ya que había olvidado poner el seguro.
La desangró
Tras darle muerte a Rosa, Leal intentó ocultar por todos los medios el asesinato, por eso organizó tan bien la escena del crimen. Bañó y maquilló a Rosa para borrar toda marca que lo involucrara en lo sucedido, además intentó limpiar el colchón en donde la mujer cayó muerta, pero la cantidad de sangre fue tanta, que no pudo eliminarla por completo .
Además, fuentes cercanas al hecho aseguraban que entre su ataque de locura Leal incluso desangró el cuerpo de Rosa, no obstante este suceso nunca fue confirmado por los oficiales que trabajaron en el caso.
A pesar de esta confesión, la PTJ no está del todo convencida debido a que Leal se desempeñaba como detective privado, por lo cual tenía muchos conocimientos sobre la manipulación de armas. A esto se suma la dirección de los disparos que fueron directamente hacia el cráneo de su esposa y además el cambio de la escena del crimen y su falso testimonio, primero argumentando una muerte natural, luego suicidio y finalmente señalando que fue solo un accidente.
No obstante, a pesar de las presiones ejercidas por los investigadores, no consiguieron sacar más información de Leal, quien seguía sosteniendo que todo fue un accidente y no recuerda muchos detalles del hecho, porque había bebido mucho.
Los datos de esta historia se encuentran resguardados en la Hemeroteca Estadal "Pedro Pablo Paredes", ubicada en la sede del Liceo Alberto Adriani en San Cristóbal.
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