María Cárdenas Camacho | La Prensa del Táchira-. La mañana del cuatro de septiembre de 1958, se vivió un hecho sin precedentes en la ciudad de San Cristóbal, cuando José Sandoval Rosales, impulsado por "fuerzas misteriosas" se encaminó hasta la iglesia de La Ermita para dar muerte al Padre Juan de Matta Ortiz y así lograr la "paz mundial".
Sandoval, un hombre aparentemente normal descrito por sus vecinos como un "hombre fino y de excelentes costumbres", se dejó llevar por un impulso de locura mientras hacía las compras para abastecer un pequeño negocio ubicado en la calle 9, cerca del parque de las Garbiras y asaltó de manera repentina la Iglesia San Juan Bautista, mejor conocida como la Ermita, provocando destrozos en todo el recinto eclesiástico.
Las figuras de los patronos, la eucaristía, las sillas, todo lo que se encontraba en los altares, incluso el crucifijo, fue destrozado por Sandoval, quien incluso con un puñal rasgó la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. En tanto el Padre Ortiz fue avisado que un loco había tomado la iglesia y estaba destruyendo todo, por lo que ingresó al recinto preguntando qué estaba pasando y Sandoval al percatarse de la presencia del religioso, se abalanzó hacía él con gran agilidad, con la intención de darle muerte.
"Hoy vas a morir, padre", gritó Sandoval cuando interceptó a Ortiz, quien durante el ataque cayó al suelo y de manera milagrosa consiguió esquivar cada uno de los intentos de Sandoval por asesinarlo. No obstante las fuerzas del padre por luchar se fueron agotando y el hombre de la plaza Las Garbiras consiguió acertarle un golpe de gracia; sin embargo, como por obra divina la puñalada fatal dio con el llavero del padre que lo salvó de ser herido y en este momento Ortiz aprovechó para arrebatarle el puñal a Sandoval e iniciaron un intercambio de golpes.
Algunos hombres que pasaban por el lugar se percataron del alboroto y en las puertas de la iglesia se escuchó el grito: ¡Intentan matar al padre Ortiz! Con la ayuda de los demás hombres, el padre Ortiz consiguió escapar de Sandoval y pronto las autoridades llegaron al lugar a establecer orden y esclarecer los hechos.
La comunidad católica se encontraba consternada ante el suceso, especialmente por la buena imagen de Sandoval, quien a sus 45 años era una persona amable y aparentemente un buen vecino muy querido por todos.
Las voces
Ya en el hospital, Sandoval, quien era atendido por las heridas causadas durante el altercado, reveló todos los detalles sobre las razones que lo llevaron a realizar estos actos. Según el propio hombre, espíritus lo acosaban en su hogar, incluso generando pérdidas en su negocio. "No me dejan comer, no me dejan dormir, incluso me quieren quebrar mi negocio", explicó.
Además, indicó que Ortiz era su objetivo, puesto que según el hombre, el padre era líder de una secta de brujos que se encontraba volviendo "loca" a la gente en La Ermita.
Sandoval, quien a pesar de su historia propia de terror, habló con las autoridades y periodistas en el momento de forma tranquila y calmada. Asimismo aseguró leer muchos libros esotéricos especialmente los enfocados en temas ocultos y después de que estos espíritus malignos empezaron a visitarlo decidió quemarlo todo para que se detuvieran. Sin embargo, estos no cesaron y siguieron perturbando la vida de Sandoval.
Ante esto, el hombre explicó que la guarida principal de estos espíritus que eran enviados por brujos para causarle mal, era precisamente la iglesia de La Ermita, en donde las figuras de los santos servían para conectar este mundo con el más allá. "El cura Ortiz, junto a los demás brujos, tiene montada en iglesia la formidable maquinaria para hacer brujería; ellos encienden una vela y colocan frente al espejo y luego me obligan a mí a concentrarme y a usar mi cuerpo durante mi trabajo. La maquinaria tiene conexiones por toda la iglesia, incluyendo los nichos de las imágenes".
Relató que mientras se encontraba haciendo mercado, sintió que era la oportunidad para ponerle fin al acoso de los espíritus malignos que a su vez le dijeron que la única manera de lograr la paz era con "derramamiento de sangre y un muerto".
"Ese cura es un guapo, le di hasta que no pude más, pero él también me dio sabroso a mí. Se defendió como un verdadero macho", señaló Sandoval de manera muy calmada, además agregó que Ortiz fue salvado por el Corazón de Jesús. "Partí mi puñal con el Corazón de Jesús y eso salvó al padre, pero al final si hubo sangre y eso los calmó", concluyó el desequilibrado hombre que se encontraba lleno de sangre debido a las heridas que él mismo se provocó mientras destruía las imágenes.
Por su parte el padre Ortiz, no brindó declaraciones a la prensa, sin embargo, aseguró haber quedado "perplejo" ante semejante ataque de Sandoval, en donde su vida corrió serio peligro.
La historia de Sandoval, la mañana de ese cuatro de septiembre, dejó perplejos a los sancristobalenses que nunca habían visto un arranque de locura como tal ante la iglesia. Sandoval finalmente fue evaluado por médicos especialistas para determinar su estado mental y dar con la verdadera razón de tal ataque hacia el padre Ortiz ; pero no se supo más nada de él ni de su cruzada ante los espíritus que lo atormentaban.
Los datos de esta historia se encuentran resguardados en la Hemeroteca Estadal "Pedro Pablo Paredes", ubicada en la sede del Liceo Alberto Adriani en San Cristóbal.
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