Alex Durán | La Prensa Táchira.- Un reto supone a las familias en San Antonio del Táchira poder comprar carne, pollo, embutidos y otros productos perecederos por temor a que se dañen ante los frecuentes cortes eléctricos. Esto supone un gasto mayor, pues deben adquirir poco día a día con menos rentabilidad de su presupuesto.
En diferentes carnicerías y ventas de embutidos se observaron menos compradores. En un establecimiento de la carrera 11 del barrio Curazao, Luis, un comprador dijo «llevo solo lo de hoy para mi esposa y para mí, no podemos tener para varios días como antes», aseguró. A su vez mostró la compra que realizó de dos bistec de carne y tres costillas de cerdo.
Cerca de allí, una familia se dedica a la venta de pasteles, tequeños y otras comidas en las mañanas «para nosotros que tenemos venta a diario de comida, nos tocó adaptar la forma de comprar lo del día. Una vez teníamos más y con el racionamiento eléctrico se nos dañó el embutido», apuntó Jennifer Fernández desde su hogar.
En el centro de la ciudad, otra venta de carnes atendía a oscuras pues en ese momento no había electricidad. «En estos casos yo debo esperar, si quiero llevar carne molida, pues no se puede. Compro pechuga de pollo que en mi familia de cuatro personas usamos entre almuerzo y cena», detalló Mabel Gómez, comerciante y ama de casa.
Para gran parte de los habitantes de frontera, hacer las compras de 15 días es imposible. El factor económico nos les abarca ese gasto, pero terminan pagando más diariamente por menos cantidad de carnes o alimentos refrigerados.
Este impacto lo notan los dueños de los frigoríficos al tener que solventar con plantas eléctricas, hielo y cavas para preservar los alimentos, mientras están sin el servicio eléctrico.
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